miércoles, 23 de noviembre de 2005

Una educación técnica mejor

Chile necesita más y mejores técnicos para el siglo XXI. Esta meta es más urgente aún después de la firma de los tratados de libre comercio con la Unión Europea, Estados Unidos y los países de APEC. La revolución tecnológica y las exigencias de competitividad que plantea el nuevo escenario económico internacional, demandan más celeridad en los cambios que hemos impulsado en educación técnica. El mundo del trabajo y del empleo está cambiando continua y rápidamente: se transforman las tareas y los puestos de trabajo; se amplía el entorno productivo y laboral; el sector empresarial requiere personas con una sólida formación general y una preparación técnica de amplio espectro, para responder a la velocidad de los cambios que caracterizan el comienzo del siglo XXI. El paso a una economía más sofisticada requiere de una permanente innovación para agregar valor a nuestros recursos naturales. Eso exige más técnicos, más tecnología, más ingeniería, más investigación científica. También requiere más y mejores profesores en el área científica y matemática. La formación técnica es un paso más en una trayectoria progresiva y permanente en la vida. La tendencia en este siglo es que una persona entre y salga de los sistemas formativos de educación superior y del entrenamiento laboral varias veces en su vida.

Para el Bicentenario la meta ha de ser una formación técnica que articule bien la educación media, la educación superior y la capacitación, en el marco de una educación permanente. Las personas podrán usar la capacitación para ir avanzando paso a paso hacia una nueva formación, que actualice sus conocimientos y mejore su empleabilidad. Debiesemos tener un Sistema Regional que permitirá acreditar y certificar competencias independientemente de cómo se hayan adquirido, facilitando una más fluida integración con la economía local y mundial y más movilidad profesional y técnica. Nuestro sistema de información debiese ser relevante para que las personas orienten sus decisiones de formación. Tenemos que construir una estrecha colaboración con las empresas para adecuar con rapidez nuestros cursos a los desafíos de la economía local y mundial. Educarse a lo largo de la vida constituye hoy un requisito para insertarse en un mundo global y en la sociedad del conocimiento. Conocemos el camino para lograrlo y recorriéndolo juntos, podremos alcanzar más rápido el desarrollo de Chile.

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