lunes, 11 de marzo de 2024

Las oportunidades de esta crisis

Las transferencias de dineros públicos para que fundaciones privadas realicen funciones públicas por parte de gobiernos regionales han desatado una ola de críticas a la naturaleza de las mismas, a los procedimientos de asignación, a los procesos de ejecución de los temas encargados y a la calidad de los servicios que finalmente llegan a los usuarios. En efecto, esta crítica integral viene a sumarse a las muchas que hay sobre la política, sobre los partidos y los dirigentes políticos.

Sin pretender ser catastrofista, significan un daño a la función, a las instituciones públicas y a la convivencia democrática. Un Estado democrático requiere de la suficiente legitimidad que le otorgan sus actos para gozar de la confianza de los ciudadanos para responder con las cargas públicas necesarias para garantizar un orden determinado que a su vez posibilite enfrentar los problemas que se espera resuelva. Si bien la sociedad civil puede y debe tener un espacio para canalizar la filantropía, la solidaridad y hasta la cooperación, ello no puede constituirse en una política permanente de actuación en nombre del sector público con dineros públicos. Siempre serán tiempos excepcionales, de debilidad institucional, cuando sean los privados quienes contribuyan a resolver los problemas públicos.

Un gobierno regional puede sacar lecciones de este momento crítico apostando por el fortalecimiento tanto de la institucionalidad como de la descentralización pública. De la institucionalidad, impulsando a los propios servicios públicos hacerse cargo de los problemas sectoriales que les corresponda a través de agendas pactadas, compromisos de gestión u otros mecanismos de aseguramiento y control de gestión. Pero también, es una oportunidad para fortalecer la descentralización de los mismos, las competencias de los municipios y de las propias organizaciones de la sociedad civil no intermediarias, sino beneficiarias de los recursos finales.

Otra oportunidad que se abre es la de fortalecer la equidad territorial focalizando en las zonas tanto urbanas como rurales rezagadas del crecimiento económico o del desarrollo social, otorgando prioridad en la planificación concertada con los servicios públicos, municipales o de organizaciones de usuarios (como pueden ser los comités de agua potable, pavimentación de calles y mantención de caminos, reparaciones de infraestructura menor, atención de personas de calle. Hay mucha organización social con trayectoria y experiencia que puede autogestionar sus soluciones). Acotar la intermediación, la tercerización o como quiera llamársele, contribuye a la transparencia, al fortalecimiento del sector público, a la formalización e incorporación al trabajo decente y a la descentralización territorial.

El gobierno regional también debiera reevaluar su relación con las universidades contribuyendo al fortalecimiento de sus funciones específicas como la de investigación sobre asuntos que problematizan la convivencia regional, que contribuyan a la búsqueda de soluciones innovadoras a los problemas más acuciantes de la comunidad regional, como son aquellos fenómenos asociados a la degradación de los recursos naturales, el impacto de los nuevos fenómenos naturales, la complejidad cultural de las comunidades receptoras de inmigración reciente; que contribuyan a generar conocimiento que permita anticiparse a situaciones catastróficas, como enfrentar los crecientes problemas de desplazamiento y congestión urbana, el evidente agotamiento de los recursos energéticos convencionales o la emergencia de nuevos problemas asociados al sobreconsumo tecnológico e industrial y sus consecuencias contaminantes.



Existe un amplio espacio para trabajar por la justicia social y territorial que es necesario abordar para crear condiciones de partida igualitarias que permitirán enfrentar posteriormente las etapas escolares, laborales y la vejez de manera digna.

Diseñar e implementar iniciativas que bien pueden hacerse a través de los servicios públicos especializados contribuye a la generación de conocimiento pertinente para la toma de decisiones en el territorio. Invertir en formación específica para profesionales asentados en el mundo regional, que contribuyen a generar valor territorial, debiera ser una urgencia para la generación del capital humano avanzado hoy casi inexistente en muchos lugares del territorio. Constituye un desafío de nueva época para la gestión regional realizar mayores esfuerzos de liderazgo y coordinación territorial, crear condiciones de gobernanza con modalidades de trabajo intersectorial impulsando a los servicios públicos a mirar los vértices de la geografía regional y no el punto a mil kilómetros de referencia actual.


https://opinion.cooperativa.cl/opinion/politica/las-oportunidades-de-esta-crisis/2023-07-31/090703.html



Universidad: reflexión, generación de capacidades y conocimientos

Estamos dejando atrás el periodo virtual al que nos obligó la pandemia que aún no culmina. Ha sido un tiempo desafiante, que nos obligó a redefinir en la Universidad de Los Lagos nuestras formas de convivir, estudiar, trabajar, recrearnos y las prioridades que teníamos para tiempos presenciales.

La adaptación a las nuevas condiciones no fue impedimento para cumplir nuestros compromisos de preparar adecuadamente nuestra universidad en las mejores condiciones para cuando se restablezca la presencialidad segura. Durante dicho periodo no solo mantuvimos el servicio académico de manera virtual, sino que además instalamos nuevas capacidades institucionales para fortalecer los procesos de aprendizajes de nuestros estudiantes, destacando la plataforma de trabajo académico y los apoyos tecnológicos y formativos.

Hoy tenemos una mayor oferta académica que se ha traducido no solo en nuevas carreras, sino también en más estudiantes matriculados, mejor equipamiento didáctico y con el respaldo de una mayor diversidad y calidad académicas, más una creciente complejidad universitaria. En efecto, nuestra universidad ha recibido una acreditación de nivel avanzado por cinco años, proceso y logro al cual nuestra sede ha contribuido de manera significativa, pero si bien ello constituye un reconocimiento, es principalmente una responsabilidad para con nuestra región en general, y con nuestro territorio insular en particular.


Considerando aquello es que hemos profundizado nuestras orientaciones estratégicas en dos áreas: la primera, en consolidar y fortalecer nuestra vinculación con el medio socio productivo y cultural desarrollando acciones estratégicas de colaboración; la segunda, tiene como finalidad avanzar en mayores niveles de complejidad institucional abordando las áreas de investigación y postgrado. En este sentido, nuestro territorio insular requiere de formación de capital humano avanzado que pueda construir respuestas a los desafíos de la implementación de las políticas públicas en nuevos escenarios de gestión, profesionalmente desafiantes y de exigencias social y culturalmente pertinentes, pero que también comience a dar respuesta a las necesidades y expectativas de formación de los profesionales que hoy ejercen en el mundo laboral público y privado.

Para abordar lo anterior, estamos en fases de diseño de dos iniciativas relevantes: el Magister en Gobernanza Territorial y en la creación e instalación de un Centro de Estudios Insulares. Con el magister queremos contribuir a dar respuesta a la necesidad de dotar de capacidades para la gestión de autonomías en el marco de las complejidades crecientes de nuestro territorio insular y a través del centro, además de desarrollar investigación, innovación y divulgación científica insular de excelencia, levantar los insumos que permitan tomar decisiones coherentes con los desafíos que enfrentarán las nuevas generaciones en materias medioambientales y ecosistémicas, patrimoniales y socioculturales, en el marco de un desarrollo productivo insular con impactos territoriales y en el bienestar de las personas y comunidades.

Hemos dado respuesta a los compromisos que se establecieron en el Plan Chiloé Superior, que permitió la concreción de una infraestructura digna para la educación superior en su propósito de formación de técnicos y profesionales, pero una universidad es más que aquello, especialmente la universidad pública como la nuestra, su misión es contribuir a la reflexión y a la elaboración de conocimiento que busque y encuentre verdad, que contribuya con respuestas a los desafíos existenciales de las personas de nuestro tiempo, pero también, sea capaz de albergar en su seno las esperanzas de que un mundo mejor es posible para las próximas generaciones.


https://opinion.cooperativa.cl/opinion/educacion/universidad-reflexion-generacion-de-capacidades-y-conocimientos/2022-05-11/170157.html

Las oportunidades de esta crisis