viernes, 10 de febrero de 2006

Escuela y Seguridad Escolar

Las escuelas que promueven el aprendizaje, la seguridad y la conducta social apropiada, tienen un marcado enfoque académico y ayudan a los estudiantes a alcanzar metas y valores elevados, impulsan las relaciones positivas entre el personal y los estudiantes, y promueven la participación significativa de los padres y de la comunidad. La mayoría de los programas de prevención en escuelas efectivas atienden factores múltiples y reconocen que la seguridad y el orden están relacionados al desarrollo social, emocional y académico de los niños.

· Las escuelas efectivas tienen la convicción de que todos los niños pueden triunfar académicamente y comportarse apropiadamente, pero al mismo tiempo aprecian las diferencias individuales. Las metas se comunican de manera clara, entendiendo que tales metas son la responsabilidad de los estudiantes, de la escuela y el hogar. Los estudiantes que reciben el apoyo que necesitan tienen más probabilidades de comportarse de manera socialmente aceptable.
· Los estudiantes cuyas familias están involucradas en su formación dentro y fuera de la escuela, tienen más probabilidades de triunfar y menos de involucrarse en actividades antisociales. Las comunidades escolares deben hacer que los padres se sientan bienvenidos en la escuela, deben atender a los obstáculos que limitan su participación, y mantener a las familias involucradas positivamente en la educación de sus hijos. Las escuelas efectivas también ayudan a las familias a expresar sus preocupaciones acerca de sus hijos y les apoyan para conseguir la ayuda necesaria para tratar los comportamientos que les causan preocupación.
· El mejoramiento de las escuelas es responsabilidad de todos. Las escuelas que han establecido relaciones con las familias, los servicios de apoyo, la policía de la comunidad, organizaciones religiosas y la comunidad en general, se pueden beneficiar de muchos recursos valiosos. Cuando estos vínculos son débiles, el riesgo de la violencia en la escuela se incrementa y la oportunidad de ayudar a los niños que corren el riesgo de usarla o de ser víctimas de ésta, disminuye.
· Los niños vienen a la escuela con diferentes percepciones y malos entendidos acerca de la muerte, la violencia y el uso de las armas. Las escuelas pueden reducir el riesgo de la violencia enseñando a los niños los peligros que involucran las armas de fuego, así como también las estrategias apropiadas para tratar con los sentimientos, cómo expresar la ira de modo apropiado y la resolución de conflictos. Las escuelas también deben enseñar a los niños que ellos son responsables por sus propias acciones y que las decisiones que tomen tienen consecuencias por las cuales serán igualmente responsables.
· Una de las mayores fuentes de conflicto en muchas escuelas es el problema real o imaginario de favoritismos y trato injusto de algunos estudiantes debido a factores étnicos, de sexo, raza, clase social, religión, incapacidad, orientación sexual, apariencia física, etc., tanto por miembros del personal, como por los mismos compañeros. Los estudiantes que han sido tratados injustamente, en algunos casos pueden convertirse en víctimas o blancos de violencia. Las escuelas efectivas comunican a los estudiantes y a la comunidad en general que todos los niños son valiosos y respetables. Existe un esfuerzo deliberado y sistemático, por ejemplo, mostrando los trabajos de arte de los niños, exhibiendo el trabajo académico en foros, respetando su diversidad de opciones culturales, por establecer un clima que demuestre interés y sentido de comunidad.

Las investigaciones han demostrado repetidamente que las comunidades escolares pueden hacer mucho para prevenir la violencia y las anteriores ideas no cuesta un peso implementarlas. El siguiente paso es aprender a reconocer las señales de advertencia tempranas de un niño que está en problemas, de manera que pueda otorgársele un apoyo efectivo.

Las oportunidades de esta crisis