La reticencia de la burocracia tradicional a debatir en público, ofrecer razones y rendir cuentas de sus acciones es algo que se puede encontrar tanto en los regímenes autoritarios como en los democráticos, en el nivel local como en el central. El burócrata está tras bambalinas, no bajo los reflectores de la gran escena pública; trabaja con dedicación en sus oficinas, interactúa con el público, pero no es su trabajo dar la cara para justificar por qué tiene sentido y hay que hacer lo que hace, mucho menos de los resultados de sus decisiones. Hablar en público, explicar y convencer son componentes del glamour y la responsabilidad del oficio político, llámese Alcaldes o “autoridades de gobierno” de cualquier nivel. En situaciones límite, el espíritu de cuerpo burocrático puede llegar a volverse defensivo y sumarse al coro de las lamentaciones, afirmando que tanto ellos como los ciudadanos son víctimas de las decisiones equivocadas de “los políticos”, ya que estos no prestaron oídos a su asesoría técnica, relegaron las recomendaciones de su experiencia profesional o prefirieron demagógicamente la popularidad a la eficacia de gobierno.
Para el buen gobierno y administración de la comunidad se requiere no sólo una sólida conciencia jurídica, un conocimiento experto probado, destreza técnica y manejo directivo, sino también, cultivar la costumbre de comunicar al público con evidencias y argumentos convincentes, las razones de por qué una determinada política prefiere ciertos fines, instrumentos y regulaciones, por qué una demanda social específica ha sido incluida o excluida de la agenda de gobierno local o nacional, por qué un programa incorpora ciertos procedimientos y tiempos, por qué una organización pública se comporta de una cierta manera y no de otra con los ciudadanos. No hay nada más contradictorio a la naturaleza de la autoridad pública, la política pública y la burocracia que el secreto, la arbitrariedad injustificable, la oposición a toda forma de rendición de cuentas. En la república, los gobernantes y gobernados tienen que hablar, probar y convencer sobre la validez de sus intereses, asuntos y acciones, sólo de ello nace lo que denominamos el interés público. La democracia produce gobiernos legítimos con el derecho a tomar decisiones vinculatorias para toda la comunidad, pero no produce de suyo gobiernos eficaces, a menos que incorporen personal especializado, conocedores y expertos. Una cosa es elegir gobiernos y programas de acción; otra gobernar y administrar la comuna o el país.
No siempre lo deseable es factible. En este sentido, factibilidad y comunicación política son interdependientes. El análisis predecisional de factibilidad se lleva a cabo tomando en consideración los argumentos y las evidencias que deberán presentarse posdecisionalmente con el propósito de que la política decisiva sea susceptible de consenso o, por lo menos, capaz de disminuir las inconformidades y ataques descalificadores. No basta saber o creer que se tiene la razón, hay que convencer de ello. El éxito del análisis técnico de una política está relacionado con el triunfo de la argumentación política que lo respalda y justifica. La democracia requiere de la burocracia para su eficacia como ésta de aquella para su legitimidad.
"Si les enseñas a los estudiantes de hoy como les enseñamos a los de ayer, les robamos el mañana" (John Dewey)
jueves, 15 de septiembre de 2005
lunes, 12 de septiembre de 2005
Los nuevos profesores
Necesitamos insertarnos con fuerza en la estrategia global que permitirá definir quienes serán los países conductores de la nueva civilización que se inaugura con este siglo. Chile tiene la oportunidad de ser líder de este proceso en nuestro entorno regional, pero para que ello ocurra, necesitamos ciertos ajustes internos que hemos estado postergando. Uno de ellos es la educación de toda nuestra población sin distinciones, ya no podemos seguir con ensayos o desarrollos pilotos que postergan los grandes cambios, principalmente, por que conocemos los caminos que tenemos que recorrer, y uno de ellos es en materia del desarrollo profesional de nuestros profesores. Nuestro país necesita nuevos profesores.
Para que ello ocurra hay que tomar decisiones que permitan hacer de la enseñanza una opción profesional atractiva, lo que, por ejemplo, exige mejorar la imagen y el prestigio de la carrera docente, así como "la competitividad de las remuneraciones" y de las condiciones de trabajo. Es necesario reforzar los conocimientos y las competencias de los docentes, lo que pasa por flexibilizar su formación inicial, adaptarla mejor a las necesidades de los centros escolares y reforzar su perfeccionamiento profesional a lo largo de su carrera. Tenemos que reclutar, seleccionar y emplear a los mejores profesores posibles. Para ello hay que flexibilizar sus condiciones de empleo y dar a los centros de enseñanza más responsabilidades en la selección y gestión del personal. Y también, tenemos que conservar a los docentes de calidad, lo que pasa por la evaluación y recompensa de la eficacia pedagógica y por ofrecerles posibilidades de diversificar su trayectoria profesional. Hemos estado encarando estos temas, estamos avanzando, pero no al ritmo que quisiéramos: necesitamos nuevos profesores que no vivan añorando un pasado que no volverá, si no que ansíen con pasión ser constructores del futuro que nos espera.
Por último, los docentes deben participar en la elaboración de la política de educación descentralizada. Tenemos los instrumentos, nos falta la voluntad y ello no es posible decretarla, se requiere decisión de los administradores locales y directores para que la construcción de estas oportunidades sean realidad, para que los docentes, junto a los miembros de la comunidad educativa, especialmente las familias puedan contribuir a definir lo que en cada centro escolar se necesita para mejorar los aprendizajes de los niños, niñas y jóvenes.
Para que ello ocurra hay que tomar decisiones que permitan hacer de la enseñanza una opción profesional atractiva, lo que, por ejemplo, exige mejorar la imagen y el prestigio de la carrera docente, así como "la competitividad de las remuneraciones" y de las condiciones de trabajo. Es necesario reforzar los conocimientos y las competencias de los docentes, lo que pasa por flexibilizar su formación inicial, adaptarla mejor a las necesidades de los centros escolares y reforzar su perfeccionamiento profesional a lo largo de su carrera. Tenemos que reclutar, seleccionar y emplear a los mejores profesores posibles. Para ello hay que flexibilizar sus condiciones de empleo y dar a los centros de enseñanza más responsabilidades en la selección y gestión del personal. Y también, tenemos que conservar a los docentes de calidad, lo que pasa por la evaluación y recompensa de la eficacia pedagógica y por ofrecerles posibilidades de diversificar su trayectoria profesional. Hemos estado encarando estos temas, estamos avanzando, pero no al ritmo que quisiéramos: necesitamos nuevos profesores que no vivan añorando un pasado que no volverá, si no que ansíen con pasión ser constructores del futuro que nos espera.
Por último, los docentes deben participar en la elaboración de la política de educación descentralizada. Tenemos los instrumentos, nos falta la voluntad y ello no es posible decretarla, se requiere decisión de los administradores locales y directores para que la construcción de estas oportunidades sean realidad, para que los docentes, junto a los miembros de la comunidad educativa, especialmente las familias puedan contribuir a definir lo que en cada centro escolar se necesita para mejorar los aprendizajes de los niños, niñas y jóvenes.
viernes, 9 de septiembre de 2005
Educación superior de calidad
La demanda por educación superior está aumentando en nuestro país. Éste es el resultado de la confluencia de al menos tres factores. Primero, a medida que se consigue universalizar la educación secundaria, la demanda se dirige a los niveles superiores del sistema. Chile está asistiendo a una auténtica explosión de aspiraciones individuales y familiares con relación a la educación superior. Segundo, y especialmente en esta década, la mayor cohorte de población joven de la historia se encamina con toda claridad a cambiar nuestro futuro. La manera de transformar lo que muchos perciben como un riesgo en una oportunidad, consiste en construir y cultivar los valores, las actitudes y las competencias de esos jóvenes mediante una educación de calidad, asegurando así su inclusión como ciudadanos activos y productivos en sus comunidades. El tercer factor es la creciente necesidad de la economía de una mano de obra dotada de competencias, conocimientos y destrezas laborales que no pueden desarrollarse sólo en los sistemas escolares ni en programas especiales de baja calidad.
Por todas estas razones, la educación superior es cada vez más objeto de debate y análisis político en nuestra región. Este debate se inscribe en el contexto de la necesidad de responder al doble reto de incrementar el acceso y, al mismo tiempo, mejorar su calidad y relevancia. Por eso nos preocupa que muchos de nuestros liceos tengan tan bajos resultados en las pruebas de selección universitaria. Estas pruebas –especialmente las de Lenguaje y Comunicación y de Educación Matemática-, se elaboran sobre la base de que tanto los contenidos como las habilidades son imprescindibles, ya que ambos elementos son necesarios para que el proceso de enseñanza aprendizaje sea efectivo y se pueda afirmar que los estudiantes, al egresar de enseñanza media, serán capaces de seguir aprendiendo y se incorporarán a la sociedad siendo poseedores de un conjunto de competencias pertinentes para su desarrollo personal. Si a los alumnos les va mal, estamos incumpliendo nuestra labor esencial de prepararlos para la vida, y si ello está ocurriendo, es por que la capacidad de gestión escolar en estos establecimientos está lejos de agregar valor al esfuerzo que las familias y el país están realizando para en el futuro tener ciudadanos competentes en lo que hacen, a vivir en sociedad, a aprender a aprender y a aprender a ser mejores personas. Lo mismo podríamos argumentar respecto de las instituciones de educación superior que no han avanzado en el proceso de acreditación de la calidad de su oferta educativa, sólo una universidad y un instituto profesional en nuestra región poseen dicha certificación, lo cual nos obliga a ser más exigentes con nuestra responsabilidad de otorgar garantías de tener una educación superior de calidad para todos nuestros jóvenes.
Por todas estas razones, la educación superior es cada vez más objeto de debate y análisis político en nuestra región. Este debate se inscribe en el contexto de la necesidad de responder al doble reto de incrementar el acceso y, al mismo tiempo, mejorar su calidad y relevancia. Por eso nos preocupa que muchos de nuestros liceos tengan tan bajos resultados en las pruebas de selección universitaria. Estas pruebas –especialmente las de Lenguaje y Comunicación y de Educación Matemática-, se elaboran sobre la base de que tanto los contenidos como las habilidades son imprescindibles, ya que ambos elementos son necesarios para que el proceso de enseñanza aprendizaje sea efectivo y se pueda afirmar que los estudiantes, al egresar de enseñanza media, serán capaces de seguir aprendiendo y se incorporarán a la sociedad siendo poseedores de un conjunto de competencias pertinentes para su desarrollo personal. Si a los alumnos les va mal, estamos incumpliendo nuestra labor esencial de prepararlos para la vida, y si ello está ocurriendo, es por que la capacidad de gestión escolar en estos establecimientos está lejos de agregar valor al esfuerzo que las familias y el país están realizando para en el futuro tener ciudadanos competentes en lo que hacen, a vivir en sociedad, a aprender a aprender y a aprender a ser mejores personas. Lo mismo podríamos argumentar respecto de las instituciones de educación superior que no han avanzado en el proceso de acreditación de la calidad de su oferta educativa, sólo una universidad y un instituto profesional en nuestra región poseen dicha certificación, lo cual nos obliga a ser más exigentes con nuestra responsabilidad de otorgar garantías de tener una educación superior de calidad para todos nuestros jóvenes.
jueves, 8 de septiembre de 2005
El Trabajo Inaceptable
Más de 107 mil niños y niñas trabajan en condiciones inaceptables; es decir; no alcanzan la edad de admisión al empleo; pero además, no de manera protegida: tienen lugar en la calle, de noche, se extienden por más de media jornada a la semana, impiden la asistencia a la escuela o en jornadas que superan el máximo legal. Tres de cada cuatro niños y niñas trabajadores viven en las ciudades, pero aquellos que trabajan en zonas rurales lo hacen en condiciones más precarias. Más de la mitad trabaja como vendedores, feriantes, cuidadores de autos y meseros. Hay 25 mil que se desempeñan en faenas agrícolas. Más de 13 mil en la calle, expuestos a accidentes, contaminación, rigores del clima, inseguridad, acoso sexual y violencia. Casi 23 mil en jornadas nocturnas, atendiendo mesas en bares y restaurantes, como vendedores o cargadores de camiones. Esto no ocurre en algún país lejano, sino en el nuestro y en nuestras ciudades y campos, ocurre en Valdivia, en Osorno, en Puerto Montt y en Chiloé. A menudo, estos niños y niñas enfrentan un sufrimiento físico, psicológico y moral devastador, laboran en condiciones riesgosas para su salud y protección social, prolongando hasta la edad adulta las carencias que los empujan a trabajar hoy.
Muchas son las causas del trabajo infantil, todas están conectadas entre sí y se relacionan principalmente con la pobreza y el bajo nivel educacional de los padres. Muchas veces, por falta de educación o información estos no pueden visualizar las consecuencias a que se exponen sus hijos al comenzar tempranamente la vida laboral ni menos evaluar correctamente los riesgos que enfrentan. La mayoría de quienes son obligados o persuadidos prematuramente no tienen tiempo ni energías para cumplir sus deberes escolares, razón por la cual muchos terminan abandonándolos. Es evidente que estos niños y niñas deberían concentrar su tiempo y energía en la adquisición de conocimientos y destrezas para obtener mejores oportunidades en su vida adulta, incluyendo el acceso a un empleo estable, seguro y apropiadamente remunerado. Hoy la educación constituye un requisito básico para acceder a empleos de calidad. De cada diez que trabajan, siete declaran que les gustaría ser profesionales y universitarios en su vida adulta. Sin embargo, lo más probable es que no lo logren, ya que generalmente su actividad laboral interfiere con su aspiración. La erradicación progresiva del trabajo infantil y de sus peores formas sin duda contribuirá a una sociedad más equitativa, cohesionada y con igualdad de oportunidades para todos sus miembros.
Muchas son las causas del trabajo infantil, todas están conectadas entre sí y se relacionan principalmente con la pobreza y el bajo nivel educacional de los padres. Muchas veces, por falta de educación o información estos no pueden visualizar las consecuencias a que se exponen sus hijos al comenzar tempranamente la vida laboral ni menos evaluar correctamente los riesgos que enfrentan. La mayoría de quienes son obligados o persuadidos prematuramente no tienen tiempo ni energías para cumplir sus deberes escolares, razón por la cual muchos terminan abandonándolos. Es evidente que estos niños y niñas deberían concentrar su tiempo y energía en la adquisición de conocimientos y destrezas para obtener mejores oportunidades en su vida adulta, incluyendo el acceso a un empleo estable, seguro y apropiadamente remunerado. Hoy la educación constituye un requisito básico para acceder a empleos de calidad. De cada diez que trabajan, siete declaran que les gustaría ser profesionales y universitarios en su vida adulta. Sin embargo, lo más probable es que no lo logren, ya que generalmente su actividad laboral interfiere con su aspiración. La erradicación progresiva del trabajo infantil y de sus peores formas sin duda contribuirá a una sociedad más equitativa, cohesionada y con igualdad de oportunidades para todos sus miembros.
martes, 6 de septiembre de 2005
La evaluación docente
Este año iniciaremos el proceso de evaluación de los profesores del primer ciclo de enseñanza básica. Ahora existe una ley y el reglamento respectivo que respaldan esta medida tan necesaria para seguir mejorando la educación de los niños, niñas y jóvenes, que mayoritariamente asisten a los colegios municipales en nuestra región. La evaluación docente es necesaria por que mejora la gestión escolar al generar un clima de superación colectiva; mejora los aprendizajes de los estudiantes por que los profesores enseñan mejor; premia a los buenos profesores y permite superar las prácticas de aquellos que no lo están haciendo bien. Puras bondades, por lo que es incomprensible que algunos dirigentes gremiales llamen a no participar del proceso justificándose en que posiblemente vayan a tener que dejar las escuelas (con indemnización), los profesores que por tercera vez, el año 2008, salgan mal evaluados. Parece increíble pero sólo a eso se reduce “el llamado de los dirigentes”.
Quiero contarles que el año 2003 iniciamos la evaluación docente con más de cien profesores voluntarios en la región, 25 de ellos, uno de cada cuatro, ha visto mejorar sus remuneraciones en un 15% ó en un 25%, según haya sido la categoría de evaluación final; pero además, ninguno de los que inicialmente salieron mal evaluados perderá el trabajo ya que superaron dicha evaluación. Los buenos profesores necesitan ser recompensados por sus desempeños, reconocidos por su comunidad educativa y con esta actitud, el gremio les está negando dichas posibilidades. Pero lo que es más grave, es que aquellos docentes que no tienen prácticas de enseñanza que permitan que los alumnos aprendan, continuarán con dicha ceguera, sin saber que lo hacen mal, perjudicando a los alumnos, a los que más necesitan tener buenos profesores.
Hay que asumir las tareas que nos corresponden para mejorar la calidad de la educación y defender la educación pública. Esto no se logra con declaraciones de buenas intenciones, se logra asumiendo las responsabilidades que nos corresponden según sea el lugar de nuestros desempeños. Hoy la mayoría de nuestras escuelas tienen las condiciones de infraestructura, de equipamiento didáctico y tecnológico, los profesores las oportunidades de perfeccionamiento en nuestro país y en el extranjero, los incentivos adecuados para motivarse profesionalmente. Sólo falta que sepan que deben mejorar sus estrategias profesionales para que sus alumnos aprendan mejor.
Quiero contarles que el año 2003 iniciamos la evaluación docente con más de cien profesores voluntarios en la región, 25 de ellos, uno de cada cuatro, ha visto mejorar sus remuneraciones en un 15% ó en un 25%, según haya sido la categoría de evaluación final; pero además, ninguno de los que inicialmente salieron mal evaluados perderá el trabajo ya que superaron dicha evaluación. Los buenos profesores necesitan ser recompensados por sus desempeños, reconocidos por su comunidad educativa y con esta actitud, el gremio les está negando dichas posibilidades. Pero lo que es más grave, es que aquellos docentes que no tienen prácticas de enseñanza que permitan que los alumnos aprendan, continuarán con dicha ceguera, sin saber que lo hacen mal, perjudicando a los alumnos, a los que más necesitan tener buenos profesores.
Hay que asumir las tareas que nos corresponden para mejorar la calidad de la educación y defender la educación pública. Esto no se logra con declaraciones de buenas intenciones, se logra asumiendo las responsabilidades que nos corresponden según sea el lugar de nuestros desempeños. Hoy la mayoría de nuestras escuelas tienen las condiciones de infraestructura, de equipamiento didáctico y tecnológico, los profesores las oportunidades de perfeccionamiento en nuestro país y en el extranjero, los incentivos adecuados para motivarse profesionalmente. Sólo falta que sepan que deben mejorar sus estrategias profesionales para que sus alumnos aprendan mejor.
lunes, 5 de septiembre de 2005
La Solidaridad
Esta semana participamos de dos acontecimientos que bien merecen ser destacados: la donación de más de 100 mil dólares por parte de la empresa ENTEL a la comunidad de Isla Huar, en la comuna de Calbuco, y el compromiso de más de 200 jóvenes de las universidades de la ciudad de Osorno, como miembros de la Red de Jóvenes Solidarios. El primer hecho permitirá que 1.400 personas a través de las cinco escuelas de la isla puedan acceder a Internet y vincularse con el mundo entero; los niños, que ya son buenos alumnos, tendrán más oportunidades y mejores profesores, y sumarán a sus talentos la información y los conocimientos para ser mejores personas y mejores ciudadanos. Los jóvenes de Osorno podrán acompañar a otros tantos niños que están en riesgo de repetir o desertar del sistema educacional, los acompañarán en el estudio, a realizar sus tareas y les entregarán el afecto necesario para sentirse motivados por aprender.
Parece extraño que esto sea noticia. En general, se nos señala que como sociedad carecemos de una ética cívica, de un marco valórico compartido, pero nosotros creemos que una sociedad pluralista no puede ser obstáculo para tener referentes colectivos. Como tampoco, que la exagerada reivindicación unilateral de lo ciudadano frente a la sociedad, que ha generado un débil sentido de lo público, pueda conducirnos a consolidar una perspectiva privatizante de la vida del individuo. Tenemos que recuperar el sentido de la responsabilidad social: eso es la solidaridad, que no es un sentimiento, “es la firme convicción y perseverancia de trabajar por el bien común”; son “lecciones de auténtico patriotismo”, como lo entendía el Padre Hurtado. Quiero invitarles, como lo hiciera Gabriela Mistral hace 53 años, a seguir redoblando nuestros esfuerzos para construir un país para todos, será el mejor tributo que le podremos hacer a nuestro primer santo, de otra manera, “seguirá siendo un desvelado y un afligido, mientras nosotros no paguemos las deudas contraídas con el pueblo chileno”, mientras no saquemos al último de nuestros compatriotas de la miseria y la humillación en que viven día tras día.
Parece extraño que esto sea noticia. En general, se nos señala que como sociedad carecemos de una ética cívica, de un marco valórico compartido, pero nosotros creemos que una sociedad pluralista no puede ser obstáculo para tener referentes colectivos. Como tampoco, que la exagerada reivindicación unilateral de lo ciudadano frente a la sociedad, que ha generado un débil sentido de lo público, pueda conducirnos a consolidar una perspectiva privatizante de la vida del individuo. Tenemos que recuperar el sentido de la responsabilidad social: eso es la solidaridad, que no es un sentimiento, “es la firme convicción y perseverancia de trabajar por el bien común”; son “lecciones de auténtico patriotismo”, como lo entendía el Padre Hurtado. Quiero invitarles, como lo hiciera Gabriela Mistral hace 53 años, a seguir redoblando nuestros esfuerzos para construir un país para todos, será el mejor tributo que le podremos hacer a nuestro primer santo, de otra manera, “seguirá siendo un desvelado y un afligido, mientras nosotros no paguemos las deudas contraídas con el pueblo chileno”, mientras no saquemos al último de nuestros compatriotas de la miseria y la humillación en que viven día tras día.
sábado, 3 de septiembre de 2005
Los weblogs en la educación
Si había incertidumbre acerca del papel que podrían jugar los weblogs en la educación, la aparición de varias de estas bitácoras virtuales exclusivamente enfocadas al tema despejó toda duda. La proliferación de weblogs ha empezado a marcar una tendencia, y dada su rápida diversificación, su aplicación para fines educativos era sólo cuestión de tiempo. Extremadamente versátiles, los blogs ofrecen la posibilidad de comunicar en tiempo real, en un estado de permanente actualización a todos los actores educativos entre sí. Por su facilidad de actualización, los blogs constituyen un soporte natural a la comunicación de información en un sentido amplio. Los gestores ya lo han incorporado a su quehacer, generando blogs para programas radiales, ciclos culturales o campañas solidarias, por citar algunos ejemplos. En materia de educación, los últimos acontecimientos en la blogosfera tienen que ver con la “circulación” de diversas ofertas a los educadores que ahora podrán seguir desde la comodidad de sus hogares o momentos de navegación en sus lugares de trabajo.
Los blogs permitirán la divulgación del trabajo desarrollado en la escuela por los alumnos, el de profesores y fortalecer el contacto con los padres. Pero también la posibilidad de administración en grupo contribuye a favorecer el trabajo colaborativo, crear y fortalecer el liderazgo de profesores y alumnos que desarrollan el rol de administradores del blog. Asimismo, esta herramienta en manos de los profesores servirá de instancia de acercamiento con los alumnos, al contener la potencialidad de convertirse en una sala de clases funcionando las 24 horas. Conocer los blogs personales de los alumnos hará posible también un acercamiento a sus problemas y vicisitudes, facilitando el trabajo de psicopedagogos, orientadores, padres y apoderados. Por último, la posibilidad de estampar comentarios en los weblogs ofrece una buena perspectiva de la opinión de los usuarios y por lo tanto de la comunidad educativa, respecto a la realidad en que se desenvuelve el establecimiento. El nuevo universo que suponen las nuevas tecnologías a la educación se basa en herramientas como estas: simples pero efectivas, por eso coloco a disposición de ustedes mi bitácora en carlosdelgadoalvarez.blogspot.com. Espero sus comentarios.
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