El SIMCE no es solo la medición de los estándares académicos de las disciplinas tradicionales, sino que es la valoración integral del esfuerzo que todos los actores de la comunidad escolar realizan para tener una mejor educación para todos.
Esta
semana los estudiantes de octavo año básico rendirán las pruebas de matemática,
lectura y ciencias naturales, los días miércoles 11 y jueves 12. Es importante
que los directivos tomen las medidas para ofrecer una ambiente grato y seguro
que les permita enfrentar sin tensiones el desafío de esta evaluación. Sus
resultados son importantes para la orientación de la política pública, pero también
para redefinir el trabajo pedagógico de la escuela si es necesario, para corregir
aquellos ámbitos en los cuales muestran debilidades y fortalecer aquellos
aspectos que dan cuenta de su eficacia en la mejora de los aprendizajes de sus
estudiantes.
También
es importante que los estudiantes, padres y profesores respondan adecuadamente
los cuestionarios de calidad y contexto, pues ellos recogen información sobre
los Indicadores de Desarrollo Personal y Social, los cuales tienen como
propósito realizar una evaluación integral del desarrollo de los aprendizajes, de
las condiciones en que éste se logra y del esfuerzo y apoyo de los padres,
docentes y directivos. Entonces, es importante que cada director o directora
motive a estos actores a responderlos, pues ello nos permitirá conocer aspectos
relevantes de su establecimiento, como la gestión directiva, la convivencia
escolar, las prácticas de equidad de género o las que promueven la
participación y formación ciudadana, lo cual permitirá definir estrategias de
apoyo y orientación para la implementación de acciones que tiendan a la mejora
de los procesos escolares, como a las definiciones de las próximas políticas
educativas.
Esperamos
que todos los estudiantes rindan las pruebas y cuestionarios, por lo que
debemos promover que asistan estos días a los establecimientos, lo cual garantizará
que los resultados sean válidos y representativos del desempeño alcanzado por la
totalidad de los estudiantes del nivel evaluado de cada escuela. Es importante
que los padres sepan de la importancia de estas evaluaciones, que los
profesores las valoren y que todos manifiesten su confianza en los niños y
niñas. Un ambiente gratificante permitirá tener evaluaciones fidedignas del
quehacer pedagógico y de los niveles de desarrollo que han alcanzado los
estudiantes para luego definir acciones de colaboración entre los actores y
entre las escuelas que nos permitan tener mejores políticas educativas y
mejores prácticas docentes al servicio de todas las escuelas del país.
Los días del SIMCE en nuestras escuelas han dejado de ser los días dramáticos y cargados de tensión en los cuales los colegios se jugaban lugares en los rankings. En un escenario de competencia ganan unos pocos y siempre los mismos, la mayoría pierde siendo estigmatizada; en uno de colaboración ganamos todos, especialmente los estudiantes y sus profesores, ya que esta nueva mirada de la evaluación nos permite relevar aspectos significativos del desarrollo integral de los estudiantes y que muchas veces son la preocupación central de las comunidades educativas, como son el trabajo de habilidades para el desarrollo físico o deportivo, cultural y valórico. El SIMCE no es solo la medición de los estándares académicos de las disciplinas tradicionales, sino que es la valoración integral del esfuerzo que todos los actores de la comunidad escolar realizan para tener una mejor educación para todos.
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