jueves, 27 de mayo de 2010

Nada nuevo bajo el sol

En el libro de Eclesiastés, hay una simple declaración acerca del mundo en general que viene muy al caso: “Lo que fue, eso será, y lo que se hizo, eso se hará; no hay nada nuevo bajo el sol”.
Luego de una semana del primer discurso presidencial, estos comentarios ya no pueden considerarse una reacción. En efecto, lo que pretendo es señalar una posición frente a temas vinculados con mi quehacer y conocimiento, como son la salud y la educación, respectivamente.
Sin embargo, primero quisiera señalar que me ha parecido un discurso carente de personalidad. Esperé con cierta ansiedad la primera intervención del actual mandatario en el Congreso pleno, pues es de tradición que ellas señalen el rumbo que se pretende para el país, las ideas fuerzas y movilizadoras que usarán sus partidarios para mantener la confianza y adherir a los programas y proyectos más allá de quienes le votaron. Esperaba una mirada estratégica al desarrollo político, económico, social y cultural de nuestro país, sobre todo, por el simbolismo de este año. Un discurso que bien pudo haber quedado en los anales de nuestra historia, pasará al olvido. El presidente se perdió su primera oportunidad, a pesar de haber estado 20 años preparándose para gobernar, como el gusta decir.
En materia de salud el presidente ha planteado una serie de medidas, muchas de las cuales vienen gestándose desde años anteriores, como la construcción de hospitales y consultorios, pero no se ha señalado de manera transparente cuál será el modelo de salud para los chilenos, sino la adhesión a lo existente y al perfeccionamiento de los mecanismos que otorgan ventaja a los operadores privados tanto en materias de gestión, financiamiento y resolutividad. En efecto, la intención de traspasar la construcción y gestión de la infraestructura y equipamiento al sector privado, es una clara señal de que el camino que han escogido es fortalecer los mecanismos de mercado para resolver los problemas que se originan en la demanda, como si las personas tuvieran la necesidad de enfermarse y por lo tanto deben comprar las soluciones (medicamentos y atención médica) dónde primero se las ofrezcan y al precio que más les convenga. Claro, eso suena muy bien cuando se tienen los recursos para comprar las soluciones, pero no tanto para las arcas fiscales (para todos los chilenos) que tendremos que ver como se traspasan recursos desde el sector público al privado que siempre operará con objetivos de lucro, de obtener utilidad por las prestaciones, sean éstas concesionadas o subvencionadas. El presidente ha planteado de manera encubierta, el desmantelamiento del ineficiente sector público, causante de todos los males sanitarios del país, para fortalecer una estrategia de soluciones privadas, ya que las enfermedades son personales. Creo que el caso del tratamiento de los medicamentos es el más ilustrativo.
En educación nada distinto de lo que se venía haciendo y la continuidad de ello, es que no se tenían nuevas ideas excepto dos medidas, que a mi parecer, no contribuirán a mejorar la enseñanza. Los Liceos Bicentenario exclusivos para alumnos seleccionados académicamente llevan implícito la mantención de la discriminación y la segregación aún existente. Todos sabemos que cuando se selecciona, los elegidos son aquellos que han tenido las mejores y mayores oportunidades, los que tienen ventajas de cuna, al decir de Bourdieu. Se aumentará la brecha entregando más recursos a un pequeño grupo de colegios que no constituirán un referente de equidad. Ahora, si estos establecimientos estuviesen destinados a los mejores alumnos provenientes de los quintiles más pobres, sería una medida digna de apoyar, pero si lo que se busca es la transformación de los actuales liceos con potencial de mejora, esto sería un engaño a todas luces. La otra medida “nueva” es la entrega de los resultados del SIMCE a los padres con un mapa de los resultados de su comuna. Esta es una medida ineficaz, en nuestro país las familias no eligen el colegio para sus hijos; son los colegios los que eligen los alumnos que quieren tener. Fuera de que los padres recibirán una carta del presidente con los resultados de su escuela, nada dirá de los logros de sus hijos, pues ellos son resultados agregados, promedios en los cuales se esconden las fuertes variaciones que existen en todos los cursos de todos los colegios del país.
Nada nuevo bajo el sol. Sólo tenemos que esperar una serie de medidas efectistas, “para la tele”. Sólo un par de medidas nuevas y polémicas, pero la gran mayoría son de continuidad. La “nueva forma de gobernar” está por verse.

1 comentario:

jdelgado dijo...

ME GUSTO TU CRITICA, ES UNA MUY VALIDA OPINION

Las oportunidades de esta crisis