lunes, 15 de septiembre de 2008

Directores que trabajan en base a metas académicas logran subir el Simce del colegio

El simple hecho de que el líder de una escuela fije objetivos de aprendizaje hace que, al primer año, un colegio suba 4,1 puntos en el test nacional. Incluso un buen director puede mitigar el efecto negativo en los aprendizajes de factores como el menor nivel socioeconómico.
El trabajo del director tiene incidencia directa sobre los aprendizajes de los alumnos, sobre todo en los sectores más vulnerables. Ésa es la conclusión a la que llega una investigación del Centro de Microdatos de la Facultad de Economía de la U. de Chile.El estudio concluye que los colegios donde los directores acuerdan metas anuales concretas de logro de aprendizajes con los docentes tienen entre 5 y 7 puntos más en el Simce que aquellos que no lo hacen. Además, se aprecia que el implementar esta forma de trabajo lleva a que los colegios municipales suban 4,11 puntos en el Simce en un año.Asignatura pendiente"Puede parecer un efecto menor, pero equivale al impacto que tiene en el Simce la introducción de tecnología en los colegios y al efecto que tendría un aumento de tres años en la escolaridad de las madres de los alumnos", ilustra Paola Sevilla, una de las investigadoras del equipo, también compuesto por David Bravo y Leslie Miranda.Para hacer el análisis -el primero que aborda el tema con una muesta tan amplia-, compararon los datos de los 763 colegios que postularon en 2007 a la Asignación de Desempeño Colectivo, versus aquellos que no lo hicieron. Dicha asignación es un estímulo económico que da el Mineduc a los directivos que se proponen metas anuales y logran cumplirlas.El resultado es prometedor. "Acá medimos sólo el impacto de fijar metas. Si viéramos el efecto de un director que observa clases o participa en el diseño curricular, quizás habría mayores mejoras", dice Sevilla. La escuela República Checa de Peñaflor es un ejemplo de ello. Apoyada por una asesoría de la U. Central, la directora Ana María Leiva cuenta que ha empezado a jugar un rol más activo en la gestión de aprendizajes: observa clases, fija metas anuales y tiene constantes conversaciones con los docentes. El efecto en el Simce ha sido claro: de 220 puntos hace cinco años, hoy está cerca de los 260."En el concepto tradicional, los directores se desentendían del liderazgo pedagógico y se ocupaban sólo de los aspectos administrativos. Pero hoy la visión es que el profesor se involucre en lo pedagógico", explica Liliana Mayorga, académica de la Facultad de Educación de la U. Central y coordinadora de las asesorías, que hoy llegan a 28 colegios de la provincia de Talagante y la comuna de La Granja."El tema de los directores es una asignatura pendiente dentro de las políticas educacionales", sentencia José Weinstein, gerente del Área Educación de Fundación Chile. Plantea que el sistema no ofrece incentivos para atraer y mantener a los buenos líderes escolares.Es que en Chile un director de una escuela municipal o subvencionada no tiene un sueldo muy diferente al de un docente de aula. Y en el caso del sector público, tampoco tiene atribuciones para gestionar con libertad su establecimiento. Por ejemplo, no puede escoger a sus profesores.A lo anterior se suma que no tienen las oportunidades de perfeccionamiento adecuadas para la gestión de los aprendizajes. En su mayoría, sólo han hecho cursos de gestión administrativa.Eso lleva a que las municipalidades tengan dificultades para encontrar buenos directivos cuando llaman a concurso. "El perfil que buscamos es de un director que sepa conducir procesos educativos, y eso parece ser bastante escaso", dice Raúl Ortiz, jefe de Educación de Copiapó, ciudad que este año abrió un concurso para 25 puestos directivos.Aun así, los expertos son optimistas hacia adelante. "Es mucho más fácil introducir políticas públicas que apoyen el trabajo de los 8 mil directivos que hay en Chile, que de los 140 mil profesores", dice Weinstein.Consejos para mejorarEn su informe "Improving school leadership 2008", la OCDE, que reúne a los países desarrollados, entrega diferentes recomendaciones para elevar el nivel de los directores de colegios. La primera de ellas: darles más autonomía de trabajo y apoyo para que fijen metas, administren los recursos humanos, colaboren con otras escuelas y fomenten la calidad docente. Otra propuesta es brindarles a estos líderes mayores instancias de capacitación.Y otro consejo relevante es que el ser director de colegio se convierta en una profesión atractiva, profesionalizando la selección de directivos, mejorando sus sueldos y dándoles más oportunidades de hacer carrera y perfeccionarse.
EL FACTOR OLVIDADO
"El director tiene que ser un maestro de maestros, un referente para los docentes del establecimiento. Un liderazgo centrado en lo pedagógico, que ponga como centro la mejora de los aprendizajes". M. PAOLA SEVILLA Directora ejecutiva del Centro de Microdatos, U. de Chile
"Esta es una diferencia clave entre escuelas particulares y municipales. Las primeras tienen más claro lo necesarios que son los buenos directores, son mejor pagados y tienen más atribuciones". JOSÉ WEINSTEIN Gerente del Área Educación de la Fundación Chile
"Muchos directivos sienten que no pueden cambiar las cosas. También les cuesta trabajar en forma colaborativa, en equipo, y constituir redes con los demás colegios de su comuna". LILIANA MAYORGA. Académica de la Universidad Central.
EN CIFRAS
7.137 directores hay en los colegios municipales y subvencionados, según un estudio de este año de la U. Alberto Hurtado.62,3% de los directores de colegios municipales son hombres.En los particulares subvencionados ellas se imponen con un 64,5%.55,9 años es la edad promedio de los directores del sector municipal. En el subvencionado, la media baja a 49,3.86% de los directores se ha capacitado en temas administrativos.Sólo el 5,9% lo ha hecho en orientación y el 1,5% en currículo.72% del tiempo los directores lo ocupan en gestión administrativa. Sólo le dedican el 28% de su tiempo a la gestión pedagógica, según un estudio Simce de 2001.$20.454 por hora gana un director de colegio particular. Un 38% más que en un colegio municipal, según la Encuesta Longitudinal Docente 2005.30% más que un profesor de aula gana, en promedio, un director del sistema municipal. En el sistema subvencionado la diferencia es de 20% y en el particular llega al 64%."Los liderazgos efectivos son esenciales para mejorar la eficiencia y la equidad en las escuelas. Contribuyen a mejorar los aprendizajes, porque modelan las condiciones en las que ocurren". Informe "Improving school leadership" (OCDE, 2008)http://diario.elmercurio.com/2008/09/15/educacion/_portada/noticias/DFB2B095-B9DA-4D2E-AE7A-0962E191874F.htm?id={DFB2B095-B9DA-4D2E-AE7A-0962E191874F}

lunes, 18 de agosto de 2008

El fin de la violencia escolar pasa por que la escuela ejerza su rol formador

El caso del profesor de Antofagasta que insultó a una alumna tiene dividido al liceo. Ella pide su expulsión, y él acusa que su arrebato es el corolario de un largo período de hostigamiento. Los expertos afirman que el episodio no es más que la erupción de un problema que involucra a toda la comunidad escolar.

Pamela Carrasco T.

El profesor Freddy Villalobos no olvidará fácilmente su última clase al 3° medio del Liceo Comercial "Jerardo Muñoz Campos" de Antofagasta. Mientras veían la película "Sicko" de Michael Moore, que critica el servicio de salud pública para la clase baja de Estados Unidos, y el docente intentaba generar un debate sobre el sistema chileno, los cerca de 40 alumnos parecían estar muy interesados.

En eso, Freddy le pregunta a la estudiante Stephanie Gatica: "¿Qué sabes tú?". Ella responde con un indiferente: "Yiaaaaa", y ahí todo se va a la punta del cerro... El diálogo entre ambos y los insultos del profesor a la niña increpándole su condición de pobre y madre soltera son grabados en un celular.

El resto ya es historia: la cinta se hizo pública, Stephanie pidió la expulsión del profesor, el profesor pidió disculpas públicas y reconoció su falta y se inició un sumario. Mientras, Freddy Villalobos está suspendido de sus funciones por 15 días y el colegio está dividido: gran parte del 3° medio apoya a Stephanie, mientras que el 4° B ha salido a la calle a manifestar su solidaridad con el profesor.

Stephanie ha dicho públicamente que no va a aguantar esta agresión. "Así como sancionaron a la niña en Santiago (María Música), yo también quiero que lo sancionen a él", pide.

El profesor, en tanto, cuenta su versión de la verdad y dice que la parte de la grabación que oyó el país es sólo el final de una escalada de presiones que se venía gestando hace tiempo.

"Les estaba enseñando acerca del sistema de salud, y a partir de eso les conté mi experiencia sobre lo que pasé cuando mi hija de cinco meses se enfermó. En ese momento recibí silencio e incluso burlas de parte de los alumnos, y me dio impotencia ver que estudiantes de bajos recursos no le tomen importancia a un tema relevante", relata el docente.

El profesor, que cuenta con un magíster en Educación en Edmonton (Canadá), dice que no quiere justificarse, pero que los estudiantes les han perdido el respeto a los profesores.

"Días antes, un grupo de alumnos dejó un preservativo en mi asiento; no era primera vez que se me hostigaba".

Según los especialistas, la reacción desmedida del docente no es un hecho fortuito, sino que es un síntoma del funcionamiento de todo el colegio.

"Los alumnos van sintiendo que la escuela les sirve poco para superar su condición de vida o de pobreza, por eso aunque los sancionen les da lo mismo, tal como les da lo mismo sacarse buena nota", explica Fernando Maureira, académico investigador del CIDE (Centro de Investigación y Desarrollo de la Educación) de la U. Alberto Hurtado.

En ese contexto, los profesores sienten que no pueden resolver su problema cotidiano de cómo enseñar y conectarse con los estudiantes. "Eso día a día va produciendo un desgaste y se genera una sensación mutua de frustración", dice.

Para Isidora Mena, directora del programa Valoras UC, de la Universidad Católica, el problema está en que la escuela no ha asumido su rol formador. "Si no existe esta conciencia y se hace un trabajo en torno a esto, la convivencia se vuelve caótica, las normas no existen o no se respetan y esto crea el escenario perfecto para que que estallen estos conflictos, porque quedan todos muy desvalidos", sostiene.

En el Ministerio de Educación, en tanto, creen que estos hechos de violencia son aislados y que la escuela sigue siendo un lugar confiable dentro de la sociedad y un ente formador.

De todas formas reconocen que estos casos de agresiones son inevitables en cualquier grupo humano y lo importante es saber tratarlos educativamente.

"Lo relevante es que las escuelas con sus alumnos, directivos, profesores y apoderados tengan un proyecto común que las convoque y que les haga sentido", dice Erika Castro, coordinadora de Convivencia Escolar del departamento de Educación Extraescolar del Mineduc.

Poca valoración

Si bien todos sancionan cualquier agresión de parte de los docentes, reconocen el difícil escenario en que se mueven.

"Los niños sienten que tienen libertad de hacer y deshacer y de ser insolentes si quieren, porque no son sancionados, y los profesores tienen miedo de dar cualquier paso formativo, por las consecuencias que puedan tener y se van quedando callados, hasta que estallan", dice Luis Morales, director de Educación de la Corporación Municipal de Desarrollo de Antofagasta.

Dice que nada justifica el mal proceder de Villalobos y que por eso se está esperando la resolución del sumario, pero también acusa que el rol de profesor ha perdido autoridad en la sociedad.

Hacer las cosas bien

Un buen clima escolar implica que el colegio haga bien su trabajo. "Las escuelas gastan mucha energía en manuales de convivencia y programas, cuando lo importante es tener buenas clases y profesores que enseñen", dice el investigador Fernando Maureira. Una opinión que comparte Isidora Mena. "Los colegios que sí funcionan cumplen sus objetivos de enseñar y aprender", dice la psicóloga, y señala que los buenos directores que ejercen un liderazgo positivo y hacen una buena gestión son la pieza clave para crear escuelas con un buen ambiente.

42%

de los profesores ha tenido diagnóstico de estrés, 44% padece de colon irritable y 49% tiene insomnio, según un estudio de Unesco.

Las explicaciones

"La convivencia debe tomarse como un problema sistémico, donde ministerio, sostenedores, padres, profesores y estudiantes trabajen para mejorarla".

FERNANDO MAUREIRA investigador del CIDE, de la U. Alberto Hurtado

"Si hay problemas en la escuela, el problema es de la escuela. Pero ésta, al tener una creencia equivocada de su rol, no invierte tiempo ni recursos en la formación de los alumnos".

ISIDORA MENA, directora Valoras UC

"La escuela es responsable de la formación de los jóvenes, pero a veces se la saca de foco cuando la sociedad le enrostra y le pide que se haga cargo de todos los problemas actuales".

ERIKA CASTRO, Ministerio de Educación

"En mi experiencia como docente, debo reconocer que generalmente los conflictos se manejan por la vía del castigo. Es necesario escuchar a los chiquillos, a los colegas, a los directivos, a los padres. No podemos vivir siempre a la defensiva". Clara Abello, blog 600 Mineduc.

Lanzan herramienta web de planificación para profesores

Más que un trámite administrativo, la planificación de clases es hoy el gran desafío de los profesores y una excelente oportunidad de reflexión sobre la propia práctica docente. Planificar es para el maestro "trazar los planos" para el aprendizaje, anticipándose, recreando y proponiendo a los estudiantes nuevas formas de aprender.
Conciente de la importancia de las planificaciones, el portal educarchile presenta una remozada herramienta web para todos los profesores del país. Se trata de "Planificacción" -www.educarchile.cl/planificaccion- que entrega en forma gratuita y de fácil acceso, renovados materiales para preparar su trabajo en el aula. Para este año se agrega mayor apoyo técnico pedagógico, un interesante concurso y más de 1.600 planificaciones para los distintos niveles y subsectores de enseñanza, que pueden ser consultadas y descargadas por los docentes.
La nueva versión de "Planificacción 2008" será lanzada hoy a las 18:00 horas, con el foro panel "Planificar para aprender", organizado por educarchile, la Red Maestros de Maestros y la Universidad Alberto Hurtado, y que se desarrollará en el Aula Magna de esta universidad, en Cienfuegos 41, en la comuna de Santiago. La idea es analizar la importancia de la planificación en el quehacer cotidiano docente y cómo las TICs contribuyen a facilitar esta tarea.
En la oportunidad participarán José Weinstein, gerente del Area Educación de la Fundación Chile; Juan Eduardo García Huidobro, Decano de la Facultad de Educación de la Universidad Alberto Hurtado; Rosita Puga, jefa de Educación General del Ministerio de Educación; Angélica Fuenzalida, directora Programa Mejor Escuela; Ina González, coordinadora Académica Complejo Educacional Rousseau, y Hugo Martínez, director del portal educarchile.
El profesor o profesora que utilice "Planificacción" -estimulado por las distintas ideas que se encuentran en la herramienta- puede desarrollar propuestas de actividades que se acerquen más a su grupo de alumnos; desarrollar trabajo colaborativo con otros subsectores con las sugerencias que se presentan en cada planificación; o evaluar con instrumentos ajustados a la actividad.
Por su parte, el concurso Planifica con educarchile busca incentivar a todos los profesores del país a crear y compartir con otros docentes sus trabajos profesionales, especialmente aquellos que incorporan creativamente el uso de TICs en el aula. Las planificaciones deberán crearse y publicarse con la herramienta "Planificacción" del portal educativo. El plazo de envío de las planificaciones se extiende hasta el 31 de octubre y se premiará a los tres mejores trabajos con un notebook para cada docente ganador.

lunes, 11 de agosto de 2008

¿Por qué los insultos contra los ministros de Educación y Transportes?

Mónica Jiménez y René Cortázar practican lo que son sus valores: integridad personal a toda prueba, talento puesto al servicio de un bien colectivo y capacidad de trabajo y de diálogo sin limitaciones. ¿A qué se debe, entonces, esta ofensiva de "demolición" contra ellos?
Por Alejandro Foxley. Ministro de Relaciones Exteriores


Comenzó la semana marcada por el "jet lag" de un viaje prolongado. El punto de partida es Ginebra. Dramáticas sesiones en que se trataba de salvar la llamada Ronda de Doha, sobre comercio internacional. El acuerdo estuvo cerca. No se logró.Desde Ginebra, un paso por Singapur. Iniciamos allí el proceso para construir un acuerdo educacional con Singapur al estilo del de Canadá y California: becas e intercambio científicos para jóvenes chilenos, a financiarse con el Fondo Bicentenario de Capital Humano, propuesto por la Presidenta Bachelet el 21 de mayo.Luego, en Australia, la firma del tratado de libre comercio, recibido allí como un hecho político y no solo comercial, justo 2 días después del fracaso de Doha: dos países afines que siguen adelante, sin vacilaciones para materializar las oportunidades que ofrece la globalización.En el encuentro con los directivos de las principales universidades y centros de formación técnica de Australia, se acordó otorgar hasta 900 cupos para becarios chilenos, a partir del próximo año. Un acuerdo similar se firmó una días después con los ministerios de Educación y de Ciencia y Tecnología de Nueva Zelandia.Regreso de ese viaje algo cansado, pero contento y optimista. La acogida a las iniciativas chilenas, ya sea en materia de pactos bilaterales de libre comercio, o de intercambio de recursos humanos a nivel superior, había sido entusiasta, sin reticencias y en un lenguaje compartido por ellos de "ahora somos socios, naciones maduras que comparten su camino hacia el desarrollo".Me pongo al día en la lectura de los periódicos. Me interesan especialmente los temas legislativos, el avance allí de la reforma educacional y del financiamiento para el transporte público. Me encuentro con un lenguaje violento y destructivo, con descalificaciones personales y hasta insultos contra los ministros de Educación y Transporte.Me sorprende, especialmente, la violencia verbal, en este caso hacia dos personas que conozco hace muchos años. Compartimos con ellos vida académica, vocación de servicio público y muchos años de reflexión conjunta, en los tiempos particularmente difíciles del gobierno militar. Es cierto, no sufrimos el exilio, pero vivimos la angustia de lo que pasaba con otros, y procuramos entender y llegar a la raíz de por qué el desplome institucional de Chile en 1973 y la pérdida tan brutal de las libertades. Comprendimos, entonces, que el camino de salida era el opuesto de lo que vivíamos: el camino del diálogo, del respeto por el que piensa distinto, del lenguaje moderado. Nos convertimos en obsesivos de la construcción de consensos y desde entonces intentamos hacerlo una práctica de nuestra vida política.Seguramente hay muchas personas con los atributos personales de Mónica Jiménez y de René Cortázar. Ellos practican lo que son sus valores: integridad personal a toda prueba, talento puesto al servicio de un bien colectivo y capacidad de trabajo y de diálogo sin limitaciones. ¿Por qué, entonces, esta ofensiva de "demolición" contra ellos? Alguien en la oposición diría que "esto es sin llorar".¿Cómo procesa la gente todo ese barullo ruidoso, pequeño y destructivo? La gente se toma la revancha, dando la más baja calificación posible a "los políticos". Si sumamos a esto lo que esas mismas personas ven noche a noche en los noticiarios de televisión, no sorprende que cristalice en la conciencia pública la idea de un país hosco, rencoroso, agresivo y pesimista.Me pregunto, entonces, ya hacia fines de la semana: ¿qué vamos a ofrecer a esos 6 mil becados que estarán perfeccionándose en las mejores universidades e institutos técnicos del mundo, cuando terminados sus estudios decidan o no volver a hacer un aporte en su país? Para ese entonces, Chile no va a ser todavía un país desarrollado, pero sí podría aspirar a ofrecer un entorno amable, acogedor, constructivo para alentar su retorno. Menos politizado y más centrado en crear espacios para desarrollar al máximo los talentos propios. Más meritocrático y menos político.Concluyo: Si no rectificamos a tiempo, no podremos quejarnos de la "fuga de cerebros" y de una diáspora sin retorno. Tal vez alguien que lea estas líneas lo piense dos veces antes de proferir el próximo insulto o descalificación al que piensa distinto.¿Cómo procesa la gente todo ese barullo ruidoso, pequeño y destructivo? La gente se toma la revancha, dando la más baja calificación posible a "los políticos". Si sumamos a esto lo que esas mismas personas ven noche a noche en los noticiarios de televisión, no sorprende que cristalice en la conciencia pública la idea de un país hosco, rencoroso, agresivo y pesimista.Si no rectificamos a tiempo, no podremos quejarnos de la "fuga de cerebros" y de una diáspora sin retorno.

domingo, 13 de julio de 2008

Para superar la insatisfacción

Hemos perdido dos años, y como todo pareciera indicar, serán cuatro. Poco y nada se ha realizado para mejorar el sistema educacional: hemos sido espectadores de la caída de dos ministros en tan poco tiempo, que la estabilidad de las políticas implementadas a partir de mediados de los noventa pareciera estar sucumbiendo o a lo menos perdiendo la solidez argumentativa que le caracterizaba. En efecto, por un lado, mientras se discutía lo que han denominado “una nueva arquitectura” para la educación chilena, las escuelas y liceos han quedado abandonados y a la suerte de las iniciativas de los propios directivos y sostenedores, por otro, el Ministerio aparece ensimismado en otro tiempo.
Han vuelto los viejos problemas que creíamos superados: deterioro de la infraestructura escolar debido al insuficiente financiamiento para mantener un programa de mantención y reparaciones que supere el deterioro; lentitud en la distribución de los textos de apoyo a los estudiantes y profesores; desorden administrativo y falta de control en el proceso central del financiamiento del sistema, como son las subvenciones; inexistencia de una política sólida y coherente de perfeccionamiento que supla las debilidades tantas veces señaladas de nuestros docentes; y ahora, estancamiento en los logros de aprendizaje de los estudiantes y falta de claridad comunicacional para dar cuenta de los resultados y de estrategia de aprovechamiento de la información al interior de las comunidades escolares.
Todo esto que pareciera un desastre, bien podemos convertirlo en una gran oportunidad para asumir las responsabilidades que el Ministerio ha dejado de lado. Las escuelas están solas, pero puede ser la gran oportunidad para que los municipios especialmente, asuman el papel de organizadores, orientadores y promotores de ambiciones mayores, para que lideren en cada una de sus comunas un proceso de reconstrucción de un modelo de gestión educativa pública, pluralista, tolerante e inclusiva, pero que además, incorpore responsabilidades por los procesos administrativos y pedagógicos, con definiciones para una política de recursos humanos de largo plazo, con estándares exigentes, públicos, medibles, y que puedan ser juzgados con mayor objetividad por la ciudadanía.
Las familias más modestas, necesitan con mayor urgencia una educación de calidad para sus hijos; la promesa de una mejor educación en el futuro no posibilita ni una continuidad educativa ni una inserción laboral efectiva hoy. Es preciso que tomemos decisiones osadas: no hay que esperar la dictación de una norma para cambiar las prácticas de gestión escolar; para que nuestros docentes tengan una preparación académica de alto nivel ni para que tengan practicas de desempeño más rigurosas. Hay cambios urgentes que no requieren nuevas inversiones, pero si un liderazgo del cual carece nuestro sistema educativo: mayores exigencias académicas a nuestros estudiantes secundarios y universitarios (me da pena, por no decir vergüenza –porque no es culpa de ellos-, ver en un programa de concursos por una gira de estudios, que tampoco es tal, la ignorancia más elemental de nuestros jóvenes secundarios); o flexibilidad para destinar a los mejores docentes a las escuelas y cursos que más lo requieran.
Nuestro sistema requiere de las capacidades institucionales, pero también de los sentidos necesarios que posibiliten la movilización de las voluntades de los docentes de nuestro país por ser partes de una transformación profunda en nuestra sociedad, que vincule su esfuerzo no sólo con la ganancia personal, sino con lo más íntimo de su ethos profesional, con la transformación y construcción valórica de una sociedad que progresa con ellos, que los instala en un futuro predeciblemente accesible, pero también lo suficientemente optimista como trabajar con pasión. Aquí hay mucho que hacer, tanto para recompensar socialmente como para posibilitar el trabajo y estadía tranquila y grata de nuestros docentes en los establecimientos escolares.
La insatisfacción profesional es en nuestras escuelas un factor que entorpece la posibilidad de cambios, pues es inexistente la capacidad de los directivos de promover el consenso entre los ideales profesionales y las exigencias de resultados que hoy hace la sociedad al quehacer docente. Docentes motivados motivan más a sus alumnos y estos aprenden más; docentes en los cuales se confía mejoran su autoestima profesional y se sienten reconocidos. Este es un círculo virtuoso al cual debemos incorporar a nuestros docentes: si confiamos en ellos, lo harán con sus alumnos, tendrán mayores expectativas, pues existe una relación recíproca de mutua motivación.

miércoles, 28 de mayo de 2008

¿ISO 9001 EN LA EDUCACIÓN?

La escuela puede ser vista como una organización educativa susceptible de ser administrada como un sistema, con determinadas funciones interrelacionadas, cuyos medios y procesos para alcanzar sus fines, metas y objetivos deben estar basados en una dimensión pedagógica como su eje de actuación. Lo anterior centra la preocupación en la interrelación académica entre los niveles educativos del sistema escolar, lo que constituye una cuestión de calidad poco abordada, a pesar que para determinar si lo estimado académicamente por un nivel, es pertinente para el siguiente y si cuenta con una secuencia de criterios de formación para el estudiante, como currículo pertinente, docentes idóneos, organización escolar adecuada o métodos pedagógicos apropiados. La interrelación académica entre los niveles educativos debe determinar una cadena de eficiencia, detectando con oportunidad las áreas de mejora que deberán ser atendidas y solucionadas, lo cual ayuda a elevar los índices de eficiencia terminal así como los de transición.

El sistema educativo que tenemos no es aún el que necesitamos. Las normas ISO 9001 promueven la adopción de un enfoque basado en procesos, tanto para desarrollar, implementar y mejorar la eficacia de un sistema de gestión de calidad, como para aumentar la satisfacción de las familias. Para que una organización escolar funcione de manera eficaz, debe identificar y administrar numerosas actividades entre sí. La estandarización de un sistema de calidad no implica que la formación de los alumnos tengan que ser iguales en todos los establecimientos, más bien, la normalización de los procesos apela al diseño particular de lo que la escuela desea lograr, a la documentación de cómo se hacen las cosas y a la verificación de cómo se hicieron. Para los escépticos será difícil homologar o sistematizar lo que siempre ha sido diferente y caótico; para los optimistas, se podrá certificar la calidad de la educación por un agente externo si previamente se establece un proyecto escolar y un sistema de calidad coordinados por un sistema de gestión escolar, donde el registro del aprendizaje de cómo se hacen mejor las cosas se convierte en un eje de actuación permanente.

En efecto, una actividad que utiliza recursos y que se administra con el fin de permitir que los elementos de entrada se transformen en resultados, se puede considerar como un proceso. Frecuentemente el resultado de un proceso constituye directamente el elemento de entrada del siguiente proceso. El enfoque hacia procesos dentro de la escuela, puede vislumbrarse primeramente a través de la identificación de éstos y posteriormente la concientización del personal de las interacciones entre éstos, así y por último su administración, considerando dentro de ésta la planeación, organización, control y evaluación. El concepto de calidad así entendido, opera como una disciplina, y por lo tanto requiere constancia en las prácticas y actividades del personal que conforma una organización que la desea alcanzar, requiere lógica en la descripción de los pasos que se siguen, sin olvidar cierto tipo de documentos indispensables para demostrar que se tiene calidad.

La implementación de un sistema de gestión de la calidad en una organización educativa trae consigo muchos beneficios, tal como una mejor administración de los procesos sustantivos, un mejor control en las áreas clave, una medición de un proceso de mejora, un mayor involucramiento del personal en sus actividades diarias, lo cual propone una motivación y por ende una mayor eficacia, una mejor pertinencia y excelencia en los procesos. Los países y las organizaciones educativas están depositando confianza en los beneficios que trae consigo la implementación y certificación de un sistema de gestión de la calidad basado en la norma internacional ISO 9001. Esta confianza se ha ido generando gracias a que otro tipo de organizaciones iniciaron la búsqueda de la mejora continua con resultados óptimos.

Aún cuando la certificación ISO 9001 siga siendo un fenómeno marginal en el mundo de la enseñanza, ya son muchos los profesionales del mundo docente que se preguntan si esta evolución constituye la mejor vía para perfeccionar la calidad dentro de las escuelas. Nosotros creemos que si lo es.

viernes, 2 de mayo de 2008

De la disciplina al control

Hace unos días estuve en Helsinki, por invitación de la Comunidad Europea y nuestro Ministerio de Educación para conocer la experiencia de dicho país en la enseñanza del idioma inglés. En este blog podrán encontrar mis registros de las reuniones e impresiones del –actualmente- mejor sistema educativo del mundo. A continuación quisiera compartir con ustedes otras ideas que “se me aparecieron” a propósito de esta experiencia.

Estar en un país de los más desarrollados del mundo causa una impresión desconcertante, más aún cuando la cultura y el comportamiento aprehensible en sólo una semana se le aparecen a uno como una cortina que impide la comunicación. En efecto, no nos quedaba más que mirar y observar con detenimiento quienes eran los finlandeses y por inferencia los del mundo desarrollado, podríamos decir. Vi un país de gente que confiaba en sus instituciones y en ellos mismos, en sus lugares de trabajo y en la calle. No existían funcionarios fiscalizadores que andaban sospechando de todos en el sistema educacional; la televisión en horario prime mostraba programas dedicados a la entretención, sin violencia, programas de entrevistas de actualidad y cine en inglés doblado al finés; en las calles las personas esperaban el cambio de luz del semáforo aún cuando no se veía acercarse vehículo alguno, y en los cruces con sólo paso de cebra, los automovilistas se detenían a lo menos a dos metros, sin amenazarnos, no escuché siquiera un bocinazo en esos días; la locomoción colectiva funcionaba como reloj, llegaban al paradero a la hora anunciada en el tablero electrónico; los transeúntes depositaban sus colillas de cigarrillos en los recipientes habilitados, nada de papeles o envases de comida en las calles. Nuestro cónsul me dijo que, como en toda sociedad, había crímenes, suicidios, pero nada de asaltos, hurtos ni lanzazos. Además, no eran temas de portada o apertura de noticiario. Más bien el reproche social a estas conductas llegaba a estos niveles de calificación.

Tremendos contrastes con nuestra realidad: hace unos días en tres de nuestros canales de TV abierta, a este mismo horario, mostraban programas de muertes pasionales, de delincuencia en las calles céntricas de la capital del país y de la “eficacia” de nuestra policía en apresar delincuentes. El sábado anduve caminado por el centro de mi comuna y a cada cierta cantidad de pasos debía hacerle el quite a la basura y restos de comida que habían tirado nuestros ciudadanos. En el trabajo me encontré con dos multas de dos instituciones fiscalizadoras del sistema escolar, ambas muy discutibles. También tenía un par de informes de que otros no hacían bien su trabajo y unas cartas “confidenciales” denunciando ciertas actitudes que habrían ocurrido en mi ausencia en unas escuelas. Pareciera que la orden del día que primero debemos cumplir es acusar.
Observé una situación más profunda. Percibí que ellos están viviendo en una sociedad que ha transitado de la disciplina cerrada a una sociedad con dispositivos de control abiertos y continuos. En efecto, nosotros seguimos confiando en una sociedad disciplinaria cuya técnica preferida es el encierro, el encierro en el hospital, en la cárcel, en la empresa, en la escuela o en el cuartel, propias de la realidad del siglo XIX (tengo esta manía de recurrir a la historia para explicar todo, pero la madre de las ciencias, es la madre). Nosotros apostamos a “normalizar” a las personas enfermas, a los que delinquen, a los niños y a los trabajadores, con la vieja técnica del encierro. Y ahí les dejamos caer todo el peso de nuestro poder moralizador, porque, en definitiva, lo que está de nuestro lado es la dominación serena del Bien sobre el Mal, la del orden sobre el desorden, la de quien sabe sobre el que no sabe. Nosotros seguimos hablando de hospitales, escuelas y cárceles, pero se trata de instituciones en crisis, que no son capaces de responder a las nuevas realidades que están instaurando un nuevo tipo de sanción, de educación y vigilancia. Si, allá la vida se desenvuelve a partir de una concepción del control social establecido institucional y conductualmente, de un control continuo y una comunicación instantánea.

El desarrollo no consiste en el bienestar material, sino en una convivencia distinta, donde los prisioneros no son tratados como niños ni los niños como prisioneros. Nuestros niños sufren una infantilización que no es la suya y las escuelas se comportan un poco como prisiones, lo mismo que nuestros lugares de trabajo. Nuestras relaciones se basan en la desconfianza del saber del niño y del trabajador: como no saben hay que encerrarlos y vigilarlos para que aprendan y trabajen. No estamos dando cuenta de los avances tecnológicos sobre todo, para dejar de tener relaciones e instituciones disciplinarias, que se fundan en la sospecha y la desconfianza, para construir relaciones e instituciones que se funden en la confianza y la colaboración, que permitan transitar bajo formas de control más sofisticados y colocados a disposición del aprendizaje y la convivencia más humana y no al servicio de la “normalización” por no saber, por no comportarnos como quieren quienes detentan el poder (el poder del guardia, del jefe o del profesor).

Nuestro gran desafío para ser desarrollados no consiste en tener más y mejores carreteras, más y más altos edificios, ni siquiera un PIB más alto, ni mayores exportaciones. Consiste en que nuestra educación cambie sus prioridades: dar a nuestros niños y jóvenes una formación valórica y ciudadana de país del primer mundo, lo demás viene por añadidura: la autodisciplina, la conciencia ambiental, la tolerancia y el respeto al otro, el compromiso social y con el país, el trabajo bien realizado, el buen comportamiento en las calles, el buen conducir, el beber con límites. En las sociedades disciplinarias los niños se envían o dejan en la escuela en horarios rígidos que si no los cumplen son castigados; en las sociedades del control los niños van a la escuela porque tienen conciencia de la importancia que ésta tendrá para su futuro personal y para su país; en las primeras las escuelas castigan a los niños que no aprenden, en las segundas los que no aprenden de una manera lo harán de otra. Esa es la diferencia, ni más ni menos. http://www.labatalla.cl/lb/col_del_2.asp