lunes, 9 de enero de 2006

La dirección escolar: los cambios que vienen

Los próximos años comenzarán a aumentar progresivamente el número de establecimientos escolares cuyas direcciones gozarán de mayor autonomía de gestión. Esta autonomía, unida al incremento de la participación social en el gobierno escolar, provocará cambios sustanciales en la dirección: surgirán nuevas formas de liderazgo y se ampliarán las capacidades para tomar decisiones. Inevitablemente estos cambios afectarán las competencias para ser director o directora en Chile.

Las nuevas iniciativas que provocarán este cambio son el fin de los directores designados en las escuelas municipales; la creación de los Consejos Escolares; la aplicación de medidas que hagan transparente el proceso de selección de los alumnos y que también resguarden sus derechos; y, la incorporación de un 15% de alumnos de escasos recursos en todos los establecimientos subvencionados. Lo que se busca es establecer un conjunto de mecanismos de selección que aseguren la calidad y buen rendimiento de los directivos, y paralelamente, generar una carrera directiva. En la práctica, los nuevos directores deberán acreditar sus habilidades para el cargo y presentar ante una comisión, un proyecto educativo que será su compromiso de gestión y por el cual será evaluado. Los nuevos directores y directoras se deberán acreditar para verificar su calificación para el cargo, su evaluación permitirá fortalecer su desempeño y comprobar ante la comunidad que cumplen con los objetivos propuestos y tendrán un procedimiento claro para ser removidos.

Al crearse los Consejos Escolares en cada establecimiento educacional subvencionado, por primera vez los padres y los jóvenes tendrán participación formal y establecida, y derecho a voz en las decisiones importantes de escuelas y liceos. Serán la expresión, en la práctica, de una verdadera comunidad escolar. Por otro lado, al establecerse que los establecimientos subvencionados, vale decir, aquellos en los que hay recursos de todos los chilenos, tengan al menos un 15% de alumnos de las familias más modestas, implica avanzar en la integración social, pues ya la OCDE al evaluar la reforma educacional chilena ha señalado que una de las características más impresionantes de nuestro sistema escolar, es que los establecimientos tienden a agrupar a los estudiantes según su situación económica. Por lo demás, los resultados de las pruebas internacionales demuestran que los sistemas educativos con mejores resultados son los más integrados socialmente, entre otras razones, porque las escuelas y liceos se esfuerzan por nivelar los aprendizajes de estos escolares más modestos con el resto de los estudiantes.

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