jueves, 15 de diciembre de 2005

Diversidad para la educación chilena

Reflexionar acerca de la calidad de la educación lleva a preguntarnos: ¿está nuestro sistema educativo a la altura de las necesidades y derechos que los estudiantes tienen en el mundo de hoy? La respuesta es no. La sociedad contemporánea cambia a un ritmo mayor que el experimentado por la escuela. Los sistemas educativos fueron pensados y estructurados a partir de paradigmas sobre la educación nacidos en el siglo XIX y ajustados lentamente a lo largo del siglo XX, mientras que la sociedad cambia a ritmos cada vez más acelerados.

Los sistemas educativos están basados en un modelo de educación homogénea, cuando hoy la sociedad globalizada se caracteriza cada vez más por su diversidad. Trabajar con la diversidad como un aspecto positivo es un desafío que nuestras escuelas manejan con dificultad. De hecho, ésta es vista más bien como una traba, cuando, por el contrario, debe ser considerada una fortaleza. Las escuelas privilegian esquemas de trabajo homogéneos, con calendarios y ritmos de progreso uniformes, o bien seleccionan a los estudiantes según características que permitan contar con grupos "similares", ya sea en términos de estatus social, habilidades, u otros criterios.

Todo esto facilita la administración burocrática, pero nos distancia de la realidad del mundo actual cada vez más diverso; reproduce la inequidad social y quita a la diversidad la posibilidad de contribuir al aprendizaje. Los estudios muestran que en clases heterogéneas todos los alumnos aprenden más y mejor. Desarrollar la escuela para manejar la riqueza de la diversidad supone no sólo aceptación; también significa utilizarla para apoyar al desarrollo del aprendizaje de los estudiantes. En este contexto, la creación en Chile de Consejos Escolares como espacios de participación, y de la cuota de integración del 15% son pasos fundamentales para la generación de oportunidades que favorezcan una gestión educativa flexible, con mayores recursos que garanticen la pertinencia de los aprendizajes desarrollados en la escuela. Asimismo, ofrecen una oportunidad para abrir el establecimiento educativo a la comunidad, permitiendo un diálogo necesario. Significa para la escuela un nexo entre profesores, padres y el mundo, avanzando así en la comprensión de la diversidad creadora.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

me gustaria presentar mi preoucupación si se fiscalizará a las escuelas donde tantos profesores fuman?, que encuentro un pèsimo ejemplo para los niños y falta de respeto para la gente que no fuma. Acción que se repite a diario en el colegio Vicente Reyes, Maipú.
Gracias.

Carlos Delgado Álvarez dijo...

Comparto con usted que es un mal ejemplo que los docentes y padres fumen en los colegios y más aún en presencia de los niños. Ello le quita autoridad al argumento de que el cigarrillo es perjudicial para la salud, a que los niños no deben fumar y a la propia tarea de educar. Por supuesto que nos abocaremos a este tema. Muchas gracias.

Anónimo dijo...

La diversidad implica que la esuela deba adaptarse a las carasteristicas de los niños/as y realice adaptaciones curriculares que le permitan atender la diversidad, pero como vemos en la actualidad los profesores aun no realizan adapciones en sus curriculos, metodologias, recursos, evaluacion entre otros y no porque no quieran sino porque no estan preparados o porque no tienen las herramientas, es por esto que se deberia partir por la clase de profesores que estamos formando y obviamente a si se disminuira la desigualdad en la educacion.

Las oportunidades de esta crisis