miércoles, 1 de abril de 2009

Futuros profesores fallan en más de la mitad de la prueba de conocimientos generales

Recién egresados de 39 planteles tuvieron malos desempeños.
M. GRACIA DALGALARRANDO
Ni los profesores recién titulados se salvaron. Si la semana pasada la evaluación docente abatió al 23,94% de los profesores que quedaron clasificados en las categorías de insatisfactorio y básico, esta semana los resultados de la inédita prueba Inicia hicieron lo suyo con los egresados de Pedagogía.
El test, que fue aplicado voluntariamente en diciembre del año pasado, midió a 1.994 egresados de Pedagogía de 39 instituciones. Los resultados fueron lapidarios: el 60% de los egresados respondió correctamente menos de la mitad de la prueba de conocimientos generales. "Constatamos que los resultados no son buenos. Aplicamos cinco tipos de pruebas y el porcentaje de respuestas correctas no superó el 50%. Y eso no es bueno", confirmó ayer la ministra de Educación, Mónica Jiménez.La prueba estaba compuesta por un examen de comunicación escrita y uno de conocimientos disciplinarios. En el de comunicación escrita (ensayo de dos páginas), el promedio de los alumnos fue de 3,4 puntos, en una escala del 1 al 5. Este desempeño fue calificado como "aceptable" y las áreas con peor desempeño fueron ortografía, vocabulario, uso de contraargumentos y evaluación global. Los aspectos mejor calificados fueron los vinculadas a la elaboración de una tesis y la estructura del ensayo.
Para el examen de conocimientos disciplinarios, el egresado debía optar entre rendir una prueba generalista (evaluaba contenidos de primero a cuarto básico) o una específica, que medía las áreas de Lenguaje, Matemática, Sociedad o Naturaleza de segundo ciclo. En la prueba generalista -que rindieron la mayoría de los ex alumnos-, los futuros pedagogos obtuvieron en promedio un 47% de respuestas correctas. Pero en el desglose de la distribución de puntajes se constata que el 60% de los estudiantes respondió bien menos de la mitad de las preguntas de la prueba.En tanto, la prueba de Naturaleza resultó ser la más difícil, ya que los 11 estudiantes que la rindieron sacaron el porcentaje más bajo de respuestas correctas (36%). Pero el asunto no se acaba en los malos resultados. El Ministerio de Educación convocará durante el segundo semestre a las universidades que imparten pedagogías a elaborar planes de mejoramiento de sus mallas curriculares. Las diez mejores propuestas podrán acceder a montos cercanos a los $600 millones por institución.En todo caso, las autoridades esperan que los cambios comiencen lo antes posible. La ministra Jiménez señaló que "es absolutamente necesario que las universidades ofrezcan especialidades. No basta la formación generalista".
Aprueban artículo de la LGE que permite hacer clases a no docentes
El polémico artículo 46 g de la Ley General de Educación (LGE) que fue rechazado en el Congreso hace dos semanas y que dilató la aprobación del proyecto, ayer obtuvo el visto bueno en la comisión mixta de Educación del Senado y la Cámara. El punto cuestionado permite que los profesionales de carreras no pedagógicas ejerzan la docencia. La comisión mixta coincidió en que los profesionales con carreras de al menos ocho semestres en un área afín a la especialidad podrán ejercer la docencia por tres años. Este plazo se podrá extender por dos años más si lo solicita el director del establecimiento. Luego, el profesional tendrá que demostrar que tiene título de profesor, que está cursando alguna carrera para alcanzar el grado, o acreditar sus competencias según los criterios estipulados en un reglamento ministerial. En la Alianza, este acuerdo causó "alegría total". Así lo calificó el director ejecutivo de Libertad y Desarrollo, Cristián Larroulet, quien afirmó que "los profesionales son claves en los procesos de enseñanza y se permite una flexibilidad que no se permitía para que las personas puedan ejercer la docencia de forma permanente". Hoy, el cambio será visto en la sala de la Cámara y la del Senado. De aprobarse en ambas instancias, se concretaría el despacho de la ley.

martes, 31 de marzo de 2009

Preparación de clases y pruebas son las mayores debilidades de los profesores

La última evaluación docente arrojó que los resultados de los controles y la utilización de éstos tienen un nivel bajo el "competente". por Javiera Herera

A pesar de que en la última evaluación docente los profesores registraron una alza en sus resultados generales, la encuesta reveló una serie de aspectos que hay que mejorar.
Entre las ocho áreas que se evalúan del portafolio que entregan los docentes, está la utilización de los resultados de las evaluaciones que se realizan a los alumnos y la elaboración de las pruebas académicas. Estos dos aspectos son los que tienen peor evaluación, con 1,6 punto de una escala de 4 .Además, la estructura de las clases (cómo se introduce un tema y cómo se interactúa con los alumnos) y la organización de los contenidos también tienen resultados magros; obtienen menos de 2,5 puntos. Sólo por sobre ese puntaje se obtiene una calificación que el Centro de Perfeccionamiento, Experimentación e Investigación Pedagógica -Cpeip- considera como "competente".
Según el director del Centro de Investigación y Desarrollo de la Educación, Juan Eduardo García Huidobro, "es muy preocupante que esté mal evaluado el uso o el poco uso que los docentes hacen del resultado de la evaluación, porque de alguna manera esa utilización es la que permitirá mejorar la educación".
Agrega que la situación presenta un problema para el aprendizaje, pues "si el profesor no entra a la clase con un propósito relativamente claro de lo que quiere lograr, es mucho más difícil que lo cumpla".
En tanto, el director del CPEIP, Carlos Eugenio Beca, indica que la falta de herramientas prácticas para las evaluaciones sigue siendo una dificultad para los profesores. Agrega que se está trabajando en el perfeccionamiento de los docentes en esos temas.
BUEN AMBIENTEPor otro lado, sólo dos ítemes del portafolio están por sobre el nivel de "competentes": el ambiente en la sala de clases y la calidad de las actividades que se realizan.
Esto es valorable, pues "un muy buen ambiente en la sala de clases es un piso necesario, pues si éste no está, si las relaciones no son cordiales, si los alumnos no se sienten respetados, no se puede avanzar", dijo García Huidobro.
Gracias a los resultados de la evaluación se pudo determinar que los profesores con buen rendimiento utilizan más el computador para realizar su trabajo. Entre quienes ocupan el PC menos de dos veces al mes para su trabajo docente se encuentra el mayor porcentaje de profesores con nivel insatisfactorio y básico.

QUÉ PASA TRAS LA EVALUACIÓN
En la última evaluación docente, 76% tuvo un nivel competente y destacado. Esto les permite optar a una Asignación Variable por Desempeño, la cual va desde el 5% al 25% del sueldo del profesor. Esto, es según el Mineduc, un reconocimiento al mérito docente.
En tanto, quienes tienen mala evaluación siguen un Plan de Superación Profesional. Además, lo que obtienen resultados insatisfactorios deben rendir, obligatoriamente, la prueba el año siguiente.

domingo, 22 de marzo de 2009

Las 5 claves de una escuela efectiva

Liderazgo directivo, buenos profesores, clases preparadas, participación de la familia y evaluación permanente, son los factores que identifican a las escuelas efectivas.

En 1966, el Informe Coleman remeció las creencias de los países anglosajones sobre el verdadero aporte de las escuelas, especialmente en los sectores de pobreza. La investigación planteaba que el aprendizaje no dependía de la calidad de la escuela, sino de la escolaridad y estímulo de los padres.
Esta problemática conclusión que anulaba el papel de la escuela en la socialización y enseñanza, tuvo no obstante un efecto vitalizador, porque generó todo un movimiento orientado a demostrar lo contrario, esto es, que la escuela sí podía hacer una diferencia. Una parte de los investigadores enfrentó el informe Coleman de manera más positiva, analizando qué hacían las escuelas cuyos resultados eran consistentes. Nacía de esta manera el movimiento de las escuelas efectivas.

¿Qué tienen en común las escuelas efectivas?
Cinco factores claves fueron entonces identificados, como aspectos comunes en las escuelas que obtienen buenos resultados:

Profesor efectivo: maneja los contenidos del currículum, los conoce, los domina, tiene buena metodología para enseñarlos y sabe adaptarse a las distintas realidades de los niños con los que trabaja.
Sala de clase efectiva: un espacio agradable, donde los tiempos se utilizan de manera óptima para la enseñanza, donde se hace una normalización de los niños para que estén dispuestos a trabajar bien y se crea un contexto propicio para el proceso de aprendizaje.
Relación escuela-familia: se concluyó que no se trataba de escuelas que hicieran "cosas por la familia", sino que mantenían con esta una relación centrada en los objetivos de aprendizaje de los niños.
Liderazgo: el director está muy implicado en los procesos de aprendizaje y no sólo en administrar la escuela, lo cual significa que se director sea capaz de observar clases, apoyar a los profesores y monitorear los procesos de enseñanza.
Evaluación permanente: revisión regular de autoobservación, para evaluar si los objetivos planteados por la escuela se han cumplido en un periodo específico.

Los estudios de eficacia mostraron, además, que un tema importante es la expectativa, lo que en las investigaciones se llamado el Efecto Pigmalión: un profesor con altas expectativas sobre sus estudiantes, ya produce un mejoramiento en los resultados de aprendizaje; un profesor que cree en sus alumnos cambia absolutamente la disposición de ellos a aprender. Y lo mismo pasa en los otros niveles: un director que cree en sus profesores produce un impacto positivo en el trabajo general.http://www.educarchile.cl/Portal.Base/Web/VerContenido.aspx?GUID=03001e2c-ea7b-4a7d-9630-f95eb3b37881&ID=194940

jueves, 19 de marzo de 2009

El profesor importa

Hemos conocido los primeros resultados de la investigación de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Católica, que aplicando el “cálculo del valor agregado”, nos señala que la diferencia de tener un buen profesor supera hasta 2,3 veces la –para muchos- “condicionante” socioeconómica de las familias. Esta condición de origen de los estudiantes se instaló en el discurso de algunos políticos y muchos educadores a partir de la teoría de la reproducción de Pierre Bordieu (“La Reproducción. Elementos para una teoría del sistema de enseñanza”, 1970), para quien la educación es el agente fundamental de reproducción y de la estructura de las relaciones de poder y de las relaciones simbólicas entre las clases sociales, colocando énfasis en la importancia del capital cultural heredado en la familia como clave del éxito en la escuela.

Si bien esta explicación me sedujo por un tiempo, mantuve “la ilusión meritocrática” –al decir del propio Bordieu- de que la educación puede darle un vuelco a la vida de las personas y que la buena escuela y el buen profesor importan más en el éxito escolar que la condición de origen de los estudiantes. En efecto, los resultados de la investigación a que aludimos, confirma nuestra observación de la trayectoria institucional de la buena escuela, como del comportamiento profesional de directivos y docentes. No da lo mismo cualquier escuela, como tampoco cualquiera puede ser director de estas ni mucho menos un semiprofesional puede tener la responsabilidad ni en la transmisión de la cultura y los conocimientos, ni en los valores necesarios para la formación personal y ciudadana de las próximas generaciones.

No podemos esperar realizar nuevas “experiencias pilotos” para convencernos de la necesidad de un cambio profundo en las políticas educativas: donde la formación docente se encare con decisión y firmeza desde las universidades (procesos de selección de estudiantes, rigurosidad formativa y disciplinaria); que los directivos basen su autoridad en el liderazgo y conocimiento de la gestión escolar especializada para hacerse responsables del desarrollo profesional de los docentes que son parte de su equipo educativo, como del futuro de la formación moral y académica de los estudiantes cuyas familias les han confiado su provenir. Nuestro sistema escolar está estancado y no despegará mientras sigamos esperando la receta política, pues ninguna propuesta legislativa en discusión actual resolverá los problemas estructurales que ahogan la creatividad e impiden la colaboración.

Los docentes, sus directivos y dirigentes debieran exigir autonomía y confianza. Autonomía para que las escuelas puedan gestionar sus adaptaciones curriculares y sus estrategias metodológicas, para que los directivos puedan seleccionar y evaluar el desempeño de sus docentes como en toda entidad seria. Los docentes debieran exigir confianza en sus instituciones y condición profesional. Pero deben ser serios y responsables: hay que dirigir los establecimientos escolares con profesionalismo, tomar decisiones basadas en el conocimiento y no en la intuición o el parecer; deben realizar su trabajo profesional con rigurosidad y pasión, sin excusas; deben tener un trato deferente y respetuoso entre ellos y con los demás miembros de la comunidad escolar, especialmente con sus alumnos. El profesor enseña siempre y no puede otorgarse licencias en su vida pública pues ella termina repercutiendo en la propia sala de clases.

Hoy existe un consenso de que el grado de eficacia de la escuela debe ser medido con base en el progreso alcanzado por el alumno con referencia a su nivel de logro inicial (valor agregado), y no con base al nivel de logro actual (rendimiento “bruto”). Esta es una condición necesaria para que la comparación entre las escuelas sea “justa”. En este enfoque, entonces, la medición de eficacia institucional coincide con un criterio operacional del enfoque de justicia educativa. En efecto, esto puede dejar en evidencia que cuando una escuela es “buena”, lo es por que sus alumnos han mejorado sustancialmente su condición inicial y no porque su situación actual de buena escuela se deba a factores como la selección escolar o los recursos externos de que dispone. Indicadores “justos” del desempeño de la escuela necesitarán medir el progreso de los alumnos en la escuela, en vez de los “resultados” brutos en los exámenes nacionales. Otro aporte significativo dice relación con la calidad de los profesores: al interior de una escuela con cursos constituidos homogéneamente los avances son diferentes y cuando esas diferencias son significativas, es que es el profesor quien tiene debilidades en sus conocimientos o desempeños deficitarios.

Si el profesor importa, las políticas del sector deben ser coherentes: ingresos selectivos de estudiantes de pedagogía, rigurosidad académica en las universidades, prácticas de desarrollo profesional adecuadas a las necesidades de los estudiantes y un programa de compensaciones remuneracionales claro y estimulante. Mientras nuestros deseos de tener buenos profesores no coincidan con las medidas que tomamos, nuestra educación seguirá siendo un obstáculo para nuestros sueños de país desarrollado, inclusivo y más democrático.http://www.lanacion.cl/prontus_noticias_v2/site/artic/20090322/pags/20090322224805.html

jueves, 12 de febrero de 2009

NUEVO MUNICIPIO, NUEVAS TAREAS

El inicio de un nuevo periodo municipal es una gran oportunidad para plantear los desafíos institucionales de la administración en general y de la educación en particular. En este sentido, creemos que es necesario delinear cuales debieran ser nuestras ocupaciones y sueños para el nuevo periodo, en aras de fortalecer nuestro sistema comunal de educación:
1.- Se requiere una política integral de gestión local, que permita llevar adelante el proyecto comunal de educación. Aquí es necesario articular los proyectos educativos de las escuelas y liceos con las aspiraciones de la comunidad en torno a los desafíos valóricos y académicos de los establecimientos con financiamiento público.
2.- Se necesita un modelo flexible de gestión escolar que de cuenta de las particularidades de las comunidades educativas y no de las características personales de los directivos. La transitoriedad de los nuevos directivos hace más urgente un levantamiento de perfiles de los profesionales propicios para las comunidades que tenemos y un plan que supere la brecha de capacidades existente. Así como es impracticable imponer un modelo único, también lo es no hacer nada al respecto y dejar los colegios a la suerte de cada cinco años.
3.- Es urgente definir de manera precisa y diferenciada los roles y competencias de los directivos del sistema municipal de educación y sus niveles de gestión. La comunidad debe tener claridad sobre las responsabilidades y alcances de las atribuciones de quienes están a cargo de la administración local y de cada establecimiento escolar. No se puede eludir esta responsabilidad pensando en la quimera de un cambio o norma que nunca llega: claridad sobre las competencias de la escuela y del rol de la administración local, y por defecto, que está fuera del alcance de ambos y corresponde a niveles superiores.
4.- Tenemos que fortalecer la participación y el control ciudadano. Me parece necesario promover la generación de capacidades en los actores locales para que estos puedan ejercer sus derechos debidamente, pero también tener claridad sobre sus deberes. Nuestra aspiración local es tener una “comunidad educadora”, que promueva el respeto a los docentes, el ejercicio responsable del poder directivo, la interlocución prudente de los padres con la escuela, el deber y la consciencia de los estudiantes de que las tareas de hoy anuncian su futuro personal.
Desde ya, nuestra administración local debe asumir que es su responsabilidad asegurar condiciones de educabilidad para todos, promover la multiplicidad de recursos y de redes educativas eficientes, asegurar la calidad y equidad de los servicios, así como monitorear el aprendizaje de los alumnos, incentivar el desarrollo de innovaciones y reconocer el desempeño de las mejores instituciones educativas y sus profesores. Pero además, desarrollar acciones tendientes a trascender el ámbito estrictamente escolar, como la promoción de valores deseables, la participación y educación ciudadana, oportunidades para la población no escolarizada, apoyo a los padres para la educación de sus hijos, entre otros.

lunes, 1 de diciembre de 2008

Estuve en China

El Gobierno de la República Popular China me invitó a ser parte de una delegación académico cultural para conocer el sistema educacional de enseñanza de idiomas y algunos íconos culturales en Benjing y Shanghai. Ha sido una experiencia única, he tenido la oportunidad, el privilegio y la satisfacción de conocer una cultura milenaria, sabia e impresionante.
En China todo es monumental, tanto lo antiguo como lo moderno. Lo antiguo da cuenta de una cultura fascinante, sorprendente y muchas veces seductora. La arquitectura, la lengua y las comidas representan la continuidad histórica milenaria de una sociedad que se transforma aceleradamente pero manteniendo su identidad ancestral. La Ciudad Prohibida, la Gran Muralla y Tiananmen no sólo constituyen símbolos de un pasado esplendoroso, sino además, da cuenta de una espiritualidad y sentido de la existencia humana que trasciende su propia nacionalidad. Lo moderno mantiene una continuidad cultural que se expresa no sólo en la arquitectura y la ingeniería urbana, sino también en una forma de ver el destino de la civilización como una continuidad histórica que hace recordar el “destino manifiesto” norteamericano. Me atrevo a señalar que los chinos se sienten protagonistas de la historia contemporánea y depositarios de la responsabilidad que tienen con el futuro de la humanidad, pero también, del lugar preponderante que tendrán ellos en el diseño mundial que se está configurando.
Llama la atención la urgencia con que han abordado el aprendizaje de idiomas extranjeros, especialmente el inglés, y donde el español está de moda. Tienen universidades y colegios dedicados a la enseñanza de idiomas, en los cuales un grupo importante son extranjeros que estudian chino mandarín. En la Universidad de Lenguas y Cultura de Beijing estudian 10 mil alumnos de los cuales la mitad provienen de 120 países; 17 chilenos, tres jóvenes de colegios municipales de Valparaíso y Chillán. En los colegios, enseñar idiomas extranjeros es desarrollar un talento similar al artístico o deportivo. Tuve la oportunidad de compartir con 50 alumnos de español, alumnos destacados para quienes el lema “aprender poco es peligroso” da cuenta de la rigurosidad con que abordan sus deberes y desafíos.
Destaca en las escuelas el nivel de organización. Alumnos y docentes aprovechan el tiempo para el aprendizaje y enseñanza efectivo con rigurosidad. Las escuelas y los profesores ocupan un lugar preferencial en su escala de respeto social; la cultura china promueve una especial veneración milenaria por el cielo, la tierra, la autoridad, el padre y el profesor. Los docentes -como en muchos sistemas educacionales exitosos-, no son los profesionales mejor remunerados, pero son respetados y gozan de condiciones favorables para su desarrollo profesional: tienen una formación exigente y permanente; tiempo para estudiar y preparar sus clases; salas de clases con la cantidad de alumnos adecuados a las exigencias de las materias que se imparten. En las escuelas el espacio físico es aprovechado al máximo para actividades pedagógicas, son centros de enseñanza total, no caben tiempo ni espacio para la recreación o el descanso: a la escuela se va a aprender o a enseñar y en ello son rigurosos. Los directivos de las escuelas son líderes y autoridades admirados y respetados, gozan de autonomía y son responsables de la disposición de los recursos materiales y humanos de sus instituciones. La organización nacional del sistema educativo no está orientada hacia el control sino a la evaluación y resultados que obtienen con sus alumnos, como la inserción en la educación superior o para el caso de la enseñanza del idioma, si estos luego de egresar son capaces de comunicarse y desenvolverse eficientemente en la lengua que han estudiado.
Lecciones para nosotros. Uno: algo que ya vislumbramos, urgencia a los desafíos de largo plazo, están ocupados en asegurar éxito en los próximos 20 ó 40 años y para ello la estabilidad y la perseverancia en lo que han definido constituye una definición relevante. Dos: la formación de las futuras generaciones no está mediatizada por las emergencias ni la coyuntura por muy importantes que estas sean, la escuela y los docentes gozan de perspectivas de largo plazo para lo cual la formación humanista es clave, la especialización es parte de las tareas de corto plazo de la cual la educación superior se hace cargo y ajusta permanentemente. Tres: la escuela y los docentes gozan de respeto tanto como instituciones que tienen una misión específica como de profesionales a los cuales se les reconoce autoridad en lo que enseñan.
Por último, el desarrollo económico y material de la China actual es sorprendente y monumental, me he quedado con la sensación y en alguna medida con el convencimiento, de que el curso de la historia está desplazándose hacia esta parte del mundo. Ya hemos mirado lo suficiente la experiencia de desarrollo que han experimentado en la última década, creo que es tiempo de pensar en el futuro en grande y acoger la invitación que nos hacen de ser socios del futuro en el que con toda seguridad, ellos ocuparán un papel de liderazgo indiscutido.

viernes, 14 de noviembre de 2008

Gobierno Central y Municipios: socios para una mejor educación

El próximo año nuevamente las municipalidades tendrán la posibilidad de utilizar los recursos del Fondo de Apoyo a la Gestión Municipal. Se han contemplado 53.800 millones en el presupuesto de 2009. Lo ideal es que esto fuese permanente y parte de la claridad de las reglas para el sector, de manera que tengamos la certeza que se requiere para la planificación de largo plazo, lo cual permitiría colocar urgencia a las tareas fundamentales, abordar los problemas estructurales y presentar programas coherentes con los desafíos de un sistema que permanece en la incertidumbre.

Esta es una oportunidad para enfrentar los problemas permanentes que han tenido los municipios para configurar un sistema local con capacidades para gestionar uno de los servicios más relevantes para los vecinos y que cada vez visualizan más como su responsabilidad. Si los municipios son capaces de invertir dichos recursos en generar capacidades de gestión que puedan mantenerse en el tiempo, habrán dado un paso en la dirección correcta; sin embargo, si estos recursos son utilizados para enfrentar las demandas emergentes, por muy urgentes que estas sean, sin la perspectiva de configurar una modelo de gestión de calidad para la educación comunal, habrán desaprovechado la oportunidad.

En efecto, en primer lugar, estos recursos pueden convertirse en una oportunidad única como nunca la han tenido para transformar sus unidades administradoras en entidades profesionales altamente competentes, que a su vez, puedan convertirse en un factor clave para el mejoramiento de la gestión educativa municipal y, por extensión, de la calidad de la educación de la cual son responsables ante sus comunidades. En segundo lugar, es una oportunidad para liderar un proceso de construcción de un proyecto participativo con identidad y sentido local, promoviendo la autonomía de las escuelas y configurando una política compensatoria a la política nacional, que como tal es insuficiente a las demandas específicas de sus localidades. Ello sería un aporte pertinente a la equidad en el territorio y ante actores visibles para los tomadores de decisiones.

Para el gobierno central, más que una nueva oportunidad para fortalecer la burocracia, debería aprovecharla como un espacio para construir con los municipios un pacto en el cual se defina qué es lo que se espera de ellos en materia de resultados que contribuyan al sistema nacional y donde se transfiera gradualmente la responsabilidad técnico pedagógica, única manera para que los municipios se tomen en serio la gestión de sus escuelas y puedan responsabilizarse de los resultados que obtienen sus alumnos en las pruebas nacionales y sus profesores en las evaluaciones de desempeño. En este sentido, se visualiza la posibilidad de construir un marco institucional que permita distinguir a municipios que realizan una buena y una mala gestión en materia educativa.

Transferir la responsabilidad técnico pedagógica a los municipios los obliga a construir o fortalecer sus equipos profesionales, privilegiando los criterios técnicos para su configuración por sobre los que legítimamente se originan en la política local. Además, de esta manera, avanzamos en el término de la doble dependencia actual de las escuelas municipales, lo que no sólo constituye una anormalidad sistémica, sino una muestra de desconfianza del poder central en los mismos municipios y en los propios profesores, a quienes pretende hacer responsables de los resultados de la gestión escolar cuando estos le son adversos. Pero también, se fortalece el diseño descentralizado que ha quedado a medio camino desde la reforma de los ochenta y se logra definir un esquema de roles y responsabilidades que otorga claridad a lo que se espera de cada actor, desde el Alcalde y sus equipos, pasando por los directores y profesores, hasta los padres y apoderados.

La descentralización es un proceso cultural, y el sistema educativo con toma de decisiones en el ámbito local, permite pensar la educación en un marco de referencia más amplio, dónde la visión no sectorial constituye una necesidad para responder a las demandas del desarrollo a nivel de cada territorio. Es en este ámbito, donde se construye el “sentido” de la educación, dónde se fortalecen las prácticas de inclusión social, de convivencia democrática y dónde se incorporan las demandas de las comunidades y de los padres para la formación de las nuevas generaciones, primeros mandantes y decisores de lo que debe hacer la escuela en temas tan sensibles como la formación para el trabajo y la formación valórica de los futuros ciudadanos.

La responsabilidad del buen uso de estos recursos no sólo tiene que ver con la transparente y eficiente administración de los mismos, sino que además, constituye una oportunidad para los municipios y el gobierno central para que con seriedad, puedan sentarse a definir un marco de cooperación y trabajo conjunto, superando la confusión y la desconfianza que a veces suele primar en esta relación ambigua.

Las oportunidades de esta crisis