miércoles, 6 de junio de 2007

LOS INCENTIVOS DOCENTES PARA UNA BUENA EDUCACIÓN

Si bien nuestro país ha logrado aumentar el acceso a la educación para la mayoría de sus niños, niñas y jóvenes, la calidad sigue siendo aún muy baja. En un mundo cada vez más globalizado en el cual las competencias y conocimientos cumplen un rol crucial, los países cuyos trabajadores están predominantemente mal capacitados se quedarán atrás indefectiblemente y sus ciudadanos seguirán percibiendo bajos salarios y perdiendo oportunidades de salir de la pobreza y disfrutar de una vida mejor.

Desde el punto de vista de la utilización eficiente de los escasos recursos disponibles, es inquietante que a pesar de que hemos aumentado considerablemente el presupuesto en educación, las competencias que poseen los egresados de los establecimientos educacionales no son suficientes para obtener un ingreso que les permita costear un nivel de vida de calidad.

Como país enfrentamos enormes desafíos, particularmente aquellos planteados por el desarrollo, la pobreza y la desigualdad. Ya lo señalamos al inicio, la educación es reconocida a todo nivel como uno, si no el más crítico, de los medios para enfrentar estos desafíos. La democratización de la educación, a través del mejoramiento de su cobertura como de su calidad, es clave para superar la desigualdad social y económica existente. Asegurar que todos los niños tengan la oportunidad de adquirir las habilidades fundamentales en el nivel primario y secundario es crucial para superar las barreras de habilidades que perpetúan el subdesarrollo y la pobreza.

A pesar de que la mayoría de las personas reconoce la importancia de mejorar la calidad de los sistemas educacionales para reducir la pobreza y la desigualdad y aumentar el desarrollo económico, la manera de hacerlo no está clara. Un creciente conjunto de evidencia apoya la noción intuitiva de que los docentes desempeñan una función clave en lo que respecta a qué, cómo y cuánto deben aprender los estudiantes. Atraer personas calificadas a la profesión docente, retener a estos maestros calificados, entregarles las competencias y conocimientos necesarios y motivarlos para trabajar duro y esforzarse al máximo es probablemente el principal desafío en el ámbito de la educación.

La eficacia de los docentes y el desempeño académico de los alumnos

¿Quién es un buen profesor? ¿Cuáles son las características de un buen profesor? Casi todas las personas que han pasado por el sistema escolar pueden recordar a un profesor excepcional. Las personas suelen entregar una diversidad de razones para explicar por qué su profesor o profesora es excepcional, desde ser “cariñoso/a y preocupado/a”, culto, un buen comunicador, hasta el hecho de ser exigente y estimular a los alumnos a trabajar duro y ampliar sus propios horizontes. Estos son comportamientos complejos que no se miden fácilmente. En efecto, la medición de los factores que poseen los profesores eficaces y que no poseen los profesores ineficaces ha resultado técnicamente difícil y onerosa. Esta dificultad de medir con precisión los factores que afectan la eficacia de los profesores plantea uno de los desafíos para el diseño de los incentivos docentes.

En último término lo que debería preocupar a la sociedad es si los docentes están generando aprendizaje en sus alumnos. En otras palabras, a pesar del hecho de que la demostración de afecto por parte de los profesores y su dominio de los conocimientos de la asignatura que enseñan son comportamientos que probablemente estimulan a los alumnos a aprender, no todos los maestros que son afectuosos o dominan su materia también son profesores eficaces.

Consideramos eficaz a un docente cuando existe evidencia de que sus alumnos han adquirido los conocimientos y habilidades adecuados. Para medir la eficacia de un docente, en primer lugar nos basamos en los indicadores de aprendizaje de los alumnos disponibles a partir de las evaluaciones nacionales (SIMCE y PSU) de los conocimientos de lenguaje y matemáticas. Debido a que el aprendizaje de los alumnos adquiere múltiples formas y es difícil de medir y a que las pruebas constituyen una medida imperfecta del aprendizaje, reconocemos que los puntajes obtenidos por los alumnos en las pruebas constituyen una medida incompleta e imperfecta de la calidad de los docentes. Sin embargo, dada la ausencia de una mejor comprensión de los factores que dan cuenta de un buen maestro y de la insuficiencia de datos sistemáticos y comparables con respecto al aprendizaje de los alumnos, las evaluaciones nacionales constituyen nuestra mejor opción para arrojar luces sobre la calidad de la enseñanza y el aprendizaje.

La mayoría de los docentes no se responsabiliza por su desempeño en el aula ni, lo que es más importante, por el avance del aprendizaje de sus propios alumnos. En nuestro país, la mayoría de los profesores puede ganar un mejor sueldo sólo por mantenerse en la profesión dado que la escala de remuneraciones está asociada principalmente a los años de servicio y no a alguna medida de desempeño, no pueden ser despedidos debido a su desempeño y es muy poco frecuente que se reconozca o gratifique por su excelencia. Por ejemplo, para un profesor tipo que tiene todas las asignaciones (profesor ejemplar) el 42% de sus ingresos provienen de su antigüedad, el 18% del perfeccionamiento, el 12% por trabajar en condiciones difíciles, el 8% por asignación directiva, 7% incentivos individuales, 8% maestros de maestros, y el 5% del SNED.

Es difícil diseñar, lograr la aprobación y -un aspecto que suele subestimarse- implementar reformas destinadas a modificar los incentivos docentes. En consecuencia, son pocos los países latinoamericanos que han sido capaces de introducir reformas a los incentivos docentes y los que lo han hecho han seguido diversos caminos.

Un sistema amplio que afecta la enseñanza y la docencia

Si bien las reformas de los incentivos docentes constituyen una opción prometedora para mejorar la calidad de los profesores y el aprendizaje de los alumnos, éstas no operan de forma aislada, sino como parte de un sistema más amplio que afecta tanto la enseñanza como el aprendizaje.
En consecuencia, las reformas de los incentivos docentes pueden ser más eficaces para mejorar el aprendizaje de los alumnos cuando otras partes del sistema ampliado que afectan la enseñanza y el aprendizaje se encuentran desarrolladas.

Por ejemplo, la vinculación de los aumentos de sueldo con el desempeño de los docentes sólo será eficaz para aumentar el rendimiento académico de los alumnos si los docentes tienen claridad acerca de los conocimientos y competencias pedagógicas que se requieren para mejorar el aprendizaje de los alumnos.

Del mismo modo, los beneficios de las reformas destinadas a aumentar la responsabilidad de los profesores por los resultados sólo son posibles si los docentes saben ante quién son responsables y estas personas, a su vez, tienen autoridad para gratificar y sancionar a los docentes sobre la base de su desempeño. En breve, los incentivos eficaces constituyen una condición necesaria, pero no suficiente, para garantizar la calidad de los docentes y el rendimiento de los alumnos.

¿Cuáles serían los componentes de un sistema educacional orientado a atraer y retener a profesores calificados junto con motivarlos a desempeñarse al máximo de sus capacidades en nuestras escuelas? Existen por lo menos siete componentes que pueden influir en la calidad de la enseñanza, uno de los cuales corresponde a los incentivos.

En primer lugar, los docentes deben tener acceso a materiales didácticos adecuados y contar con condiciones de infraestructura básicas. A pesar de que esto parece obvio muchos profesores siguen trabajando en escuelas con recursos insuficientes.
En segundo lugar, los profesores deben saber qué se espera de ellos. A pesar de que en muchos entornos los estándares educacionales constituyen un problema sensible, todos los sistemas educacionales han establecido estándares para los profesores de las escuelas públicas. Por ejemplo, la mayoría de los sistemas exige que los docentes hayan completado un número mínimo de años de educación; que hayan completado programas particulares de formación docente o hayan aprobado programas de certificación; la mayoría exige que trabajen determinado número de días/horas a la semana y al año.

Un sistema que tiene la capacidad de contratar y retener a profesores altamente calificados es un sistema que tiene claras expectativas con respecto a los docentes en término de los conocimientos de las asignaturas y de las competencias pedagógicas que requieren, que entrega pautas específicas relativas a la conducta y a las acciones que deban realizar los profesores y que explicita las competencias y objetivos de rendimiento académico específicos que se espera que desarrollen en sus alumnos. Sin claridad con respecto a lo que esperamos de ellos, será muy difícil establecer incentivos con el propósito de que cumplan nuestras expectativas.

En tercer lugar, la modalidad de selección y asignación de los profesores a los establecimientos educacionales afecta la calidad de la enseñanza y el aprendizaje de los alumnos. No siempre estas reglas son claras ni transparentes, dejando el proceso abierto a las influencias políticas. Y cuando existen reglas claras, éstas suelen estar desvinculadas de las políticas destinadas a orientar los recursos a las áreas de mayores necesidades. Por ejemplo, en lugar de asignar a los profesores con mejores desempeños a las escuelas que atienden a los niños más necesitados, se suele dar prioridad de elección en la asignación de escuelas a los más experimentados, dejando así las escuelas que atienden a las poblaciones más desfavorecidas en manos de profesores nuevos y con menor experiencia. Las reglas de selección y los criterios de asignación deberían ser claros, transparentes y racionales. Sin reglas claras, transparentes y racionales para la selección y asignación de los profesores a las escuelas de acuerdo con propósitos específicos, dejamos el sistema abierto a otras influencias y terminamos con un sistema en el cual los maestros menos eficaces enseñan a nuestros niños más vulnerables.

En cuarto lugar, los sistemas educacionales requieren información acerca de la enseñanza y el aprendizaje en forma regular y medidas de avance en función de las expectativas que se han establecido. Esta información no sólo debe ser utilizada para efectos de rendición de cuentas, sino como una herramienta para mejorar la práctica docente. Sin una evaluación de los conocimientos y competencias de los profesores, de su conducta y desempeño y de los resultados de aprendizaje de los alumnos, ni las autoridades responsables de las políticas, ni los maestros mismos pueden saber en qué medida ellos están cumpliendo nuestras expectativas.

En quinto lugar, para enseñar bien, se requiere un aprendizaje continuo, para lograr que todos los alumnos aprendan, se requiere que los profesores de cada escuela trabajen en conjunto en el diseño de estrategias para cada alumno. Por lo tanto, si bien un sistema eficaz para atraer y retener a los buenos profesores es aquel en el cual existen claras expectativas con respecto a las competencias que deben tener los docentes y las conductas que deben exhibir y en el cual son monitoreados y evaluados en forma continua, tan esencial como lo anterior es la utilización de esta información para brindar a los profesores apoyo técnico y directivo que requieren, junto con las oportunidades de desarrollo profesional necesarias para que tengan éxito en la tarea de generar el aprendizaje de los alumnos.

Poder brindar este tipo de apoyo a los docentes implica contar con administradores escolares que sean también líderes pedagógicos y que trabajen en estrecha colaboración con los profesores en la utilización de la información derivada de las evaluaciones para ayudarlos a mejorar sus conocimientos de las materias y sus competencias pedagógicas en áreas específicas. Si no se entrega a los profesores el liderazgo pedagógico y las oportunidades de desarrollo profesional necesarias, no podemos esperar que adquieran nuevas competencias, mejoren su aprendizaje ni desarrollen las comunidades profesionales docentes necesarias para producir altos niveles de aprendizaje en los alumnos.

En sexto lugar, los profesores eficaces tienen autoridad para utilizar su mejor juicio profesional en la determinación de lo que se requiere para obtener resultados en función de los estándares acordados. sin autoridad, por ejemplo, para escoger entre los diferentes métodos pedagógicos, los profesores no pueden ser responsabilizados por fracasar en el cumplimiento de los objetivos de aprendizaje de los alumnos. Sin autonomía profesional y autoridad, es poco probable que el profesor, como el actor educacional con el mayor conocimiento y comprensión de las necesidades de sus alumnos, sea capaz de promover el aprendizaje de los alumnos al máximo de sus capacidades.

Finalmente, dados que las personas responden a una diversidad de incentivos, probablemente deberían existir múltiples políticas de incentivos para atraer y retener en la profesión docente a personas altamente calificadas y para lograr que trabajen duro en pos del mejoramiento del aprendizaje de los alumnos. Algunas ya existen: sueldos relativos adecuados, es decir, sueldos que sean por lo menos tan altos como los ofrecidos a las personas con similares características en otras profesiones; mejores sueldos para los profesores con un mejor desempeño; mejores sueldos para los que trabajan en condiciones más difíciles (zonas remotas, poblaciones desfavorecidas); una carrera docente bien definida, con oportunidades de promoción, reconocimiento público y prestigio para los de excelencia; una verdadera amenaza de perder el empleo como resultado de un desempeño inadecuado y una relación relativamente estrecha con el cliente (los directivos de los establecimientos, los padres o las comunidades) de que se están desempeñando de manera adecuada.

Nadie negará que la educación tiene tradición de evaluación y que se basa en la información de manera decisiva, la cuestión ahora es cómo utilizar la evaluación no sólo para sancionar el nivel de aprendizaje de los alumnos sino para valorar el conjunto del proceso educativo y al conjunto de sus agentes, como referencia para la mejora.

miércoles, 30 de mayo de 2007

Subvención Preferencial + recursos + gestión = ¿mejores resultados?

1.- Justificación de la subvención preferencial: + recursos




Cambiar la inequidad socioeducativa de los resultados de aprendizaje de los estudiantes en nuestros sistema escolar, no se logra solamente por el esfuerzo que el sistema escolar pueda y deba hacer al respecto, por lo que es necesario introducir correcciones, medidas que contradigan la segmentación provocada por las practicas de selección que han terminado diseñando un modelo en el cual los hijos de las familias de menores recursos asisten a instituciones deterioradas y donde se encuentran con otros niños y jóvenes de la misma condición. Escenario en el cual lo que se fortalecen son las incapacidades institucionales, la sensación de fracaso, de agotamiento profesional y el resentimiento social de padres y jóvenes.


Educar a los alumnos más pobres resulta más caro, ya que poseen mayores desventajas socioculturales; pero más dinero no elimina la condición de origen. Propongo que los alumnos prioritarios lo sean siempre, hasta su egreso del sistema escolar y no hasta cuando cambie de posición la escuela o su familia mejore sus ingresos muchas veces circunstancialmente.


Esta subvención reduce la desigualdad de recursos que afecta a los estudiantes pobres (escuelas de los dos primeros quintiles respecto de las del quinto), de manera que la brecha de financiamiento se reduce, pero no se revierte. Esto es válido para el gasto uniforme que contempla (de 14% a 5%). Pero para el caso del gasto focalizado, estas mismas escuelas tendrán más recursos que las del mayor quintil subvencionado (9%).


Esta subvención busca resolver el problema de las oportunidades desde una perspectiva individual, pretende que los niños pobres comiencen a ser más atractivos para las escuelas. Se convierten en un grupo desde el cual se seleccionará a aquellos con potencial de éxito escolar, profundizando la discriminación. Esto incrementará la cantidad de alumnos con menos capacidades –que dejarán sus cupos en los colegios privados a los prioritarios con capacidades-, en los únicos establecimientos que están obligados a recibir a todos: los municipales.


2.- Posibilidades de una mejor gestión (+ gestión)


Abordar con decisión el término de las prácticas discriminatorias y de selección en el conjunto del sistema subvencionado, especialmente privado, es un complemento ineludible, especialmente la de carácter socioeconómico, que es la que profundiza la segmentación social de las escuelas y de sus resultados escolares. Si no se mantiene la determinación de eliminar con la selección abierta y encubierta, las “buenas escuelas” generarán practicas sofisticadas de selección de buenos alumnos y excluirán a aquellos de más bajo desempeño real o potencial y podemos terminar premiando a las escuelas que han sido hábiles en excluir a los niños con mayores desventajas y castigando a las escuelas que han trabajado en los contextos social y educativamente más difíciles. Aquí quiero reiterar la pregunta que hiciera nuestra Presidenta el 21 de mayo en el Congreso Nacional: "¿es propio de una ética integradora que con recursos públicos se excluya a parte de nuestros niños, especialmente a los más vulnerables?”.


También, el 21 de mayo la Presidenta señaló “crearemos un fondo de apoyo al mejoramiento de la gestión municipal en educación. Se trata de una inversión significativa: 100 millones de dólares para que los municipios puedan hacer frente a las exigencias que plantea este esfuerzo nacional”. Muy bien, para generar capacidades de gestión profesional y técnica que en muchos municipios no tenemos, así le otorgaremos sustentabilidad a este esfuerzo. No puede ser para facilitar la jubilación de los profesores y rejuvenecer las plantas docentes, para esto debiera existir un fondo nacional permanente al cual puedan optar los docentes cuando lleguen a su edad de jubilación y retirarse dignamente.


Pretender mejorar la educación que se imparte en las escuelas municipales sin introducir modificaciones estructurales, es no conocer las limitaciones objetivas a la gestión que en estas se tienen.


Es difícil que en las escuelas municipales podamos tomar medidas más eficientes producto del exacerbado centralismo en la toma de decisiones:



  • Me gustaría destinar a los profesores mejor evaluados a las escuelas donde están los alumnos con mayores dificultades para aprender, pero no lo puedo hacer si el profesor no está de acuerdo.



  • La utilización de los recursos está dado centralizadamente, no puedo convenir la incorporación de estrategias de gestión y utilización de recursos materiales y profesionales si no cuento con la anuencia del Ministerio de Educación.



  • No puedo modificar la extensión de la jornada por las implicancias laborales y de financiamiento que ello tiene, si hasta construir horarios escolares donde se compatibilicen las disponibilidades laborales con las necesidades pedagógicas del trabajo escolar es una dificultad.



  • No puedo modificar la carga horaria de los docentes ni disminuir la cantidad de alumnos por curso en escuelas con alta vulnerabilidad, sino a un alto costo financiero.



  • Cada vez que hacemos un concurso para Directores, los actuales si no son elegidos quedan en la planta en las mismas condiciones.



  • El Estatuto Docente no es justo, contiene restricciones y mayores obligaciones para los municipios, quienes además deben tomar decisiones incluyendo criterios sociales y políticos que incrementan los costos y disminuyen los beneficios; lo contrario hacen los privados. Alienta la permanencia y desincentiva la renovación docente en los municipios; lo contrario provoca en los privados.

Volviendo al Proyecto de Ley de Subvención Preferencial


La Estrategia de Mejoramiento Educativo, que deberá ser presentada por los establecimientos escolares para su aprobación por el Ministerio de Educación en un plazo no superior a un año desde su incorporación al sistema y que tendrá una extensión máxima de cuatro años: ¿no basta con que sea aprobada por la propia comunidad y su sostenedor, quienes en definitiva son los que asumen el riesgo, las consecuencias y la responsabilidad de su éxito o fracaso? O el Ministerio de Educación rendirá cuentas a la comunidad escolar y asumirá las consecuencias de haber aprobado un plan equivocado, que no supo implementar ni corregir oportunamente? Falta confianza en los profesores, en los padres y en los directivos cuando se tienen que resolver problemas que difícilmente podrán ser bien comprendidos por un funcionario evaluador y mucho menos asesorar con las visitas esporádicas que pueden éstos hacer a los establecimientos. La evidencia sobre esta materia es que los buenos sistemas escolares integran los asuntos administrativos y pedagógicos en una sola unidad de mando.


Las posibilidades limitadas que en el Plan de Reestructuración (obligatorio para el sostenedor en escuelas Con Necesidad de Medidas Especiales y En Recuperación) pueda permitir la reorganización o reubicación de los docentes y directivos de la escuela. Sin modificaciones al Estatuto Docente, esto será un foco de conflictos que ninguna autoridad local estará dispuesta a asumir, acumulándose las tensiones y costos de un sistema laboral obsoleto.


La amenaza de cierre de las escuelas por mantener malos resultados en el SIMCE o el logro de los estándares deseados, puede provocar efectos contradictorios: desmotivación anticipada y fuga de los buenos profesores en escuelas de alta concentración de alumnos prioritarios. Pero también, que se concentren los esfuerzos en estos sectores instrumentales en desmedro de las múltiples acciones formativas que constituyen demanda a la escuela en estas comunidades con mayor fuerza. Orienta el uso de los recursos. Es decir, ¿tendremos que destinar menos tiempo y dineros a las actividades artísticas, deportivas, de formación valórica? Calidad en la educación es un concepto amplio y diverso.


Los municipios sufrimos un acoso permanente por efectos de la libertad de localización de la cual gozan los operadores privados en las zonas en las cuales no existe déficit de cobertura. Esto debiera restringirse, pues profundiza la segmentación social al elegir éstos a las familias socio culturalmente mejor dotadas y no ampliando la posibilidad de elección de las familias con una supuesta mejor escuela. (¿Qué los mueve al instalarse en estas zonas? No quiero decir la palabra).


Falta autonomía. Más recursos sin mayores atribuciones no nos hace más responsables. En esto estamos en desventaja con los establecimientos privados. Lo que pedimos es igualdad de trato.


3.- ¿Probabilidades de mejorar los resultados? (= resultados)


Se está sobre dimensionando la necesidad de tener escuelas más eficientes, por sobre el imperativo ético de tener un sistema educacional más equitativo.


Hay que tomar medidas más audaces que modifiquen sustancialmente el modelo de reproducción social que se está creando a partir de la calidad de las escuelas que tenemos, porque lo que se avizora es la misma estratificación en la educación superior, como una cadena natural, como un pasadizo predeterminado que impide la integración y la cohesión social.


Esta Reforma, con estas bases y dispositivos desplegados, ya no soporta más experiencias pilotos. Creo que tenemos que concentrar nuestros esfuerzos en alcanzar mayores niveles de igualdad de consecuencias: de las probabilidades que sujetos de diferentes grupos sociales tienen de acceder a similares niveles de vida como consecuencia de sus resultados escolares.


Al pedir una educación de calidad se pueden demandar cosas tan diversas como la potenciación de un modelo cultural, la facilitación de acceso al mundo del trabajo, el establecimiento de unos valores morales, la selección de una minoría de excelencia o la consecución de unos estándares instructivos considerados deseables.


Una educación que tenga logros instructivos al tiempo que resultados morales, que obtenga los máximos rendimientos de todos y cada uno de sus alumnos, así como de los recursos materiales y humanos de que disponga, donde la exigencia sea una constante para todos los miembros de la comunidad educativa, en la búsqueda de la mejora permanente. ¿Son muchos factores? Ciertamente, pero nunca se ha dicho que la educación sea una tarea simple. Buscar la calidad en educación será tan difícil como compleja es la naturaleza del fenómeno educativo.


Es probable que subamos el piso: más recursos mejora las oportunidades, me comprometo a mejorar la gestión, pero ¿mejorarán los resultados? Apuesto a que los promedios y resultados agregados serán mejores la próxima década, pero tengo dudas de que si habremos avanzado en equidad y justicia social.


La educación le ha cambiado el rostro a la sociedad chilena a lo largo de su historia: permitió la creación de una burocracia honesta y eficiente que nos dio estabilidad en el siglo XIX; permitió el surgimiento y la consolidación de la clase media a comienzos del siglo XX y nuestros dos Premios Nobel; la integración del campesinado y del mundo popular a los procesos de modernización nacional a partir de la década del 60; ha sido el más eficiente de los mecanismos de movilidad social que hemos tenido estos últimos 20 años. La educación me cambió la vida y se la ha cambiado a millones de chilenos y chilenas.


Tengo la esperanza de que a través de una mejor educación, vamos a derrotar la pobreza en nuestro país y le vamos a cambiar la vida a los hijos de las familias más modestas. Especialmente a ellos no les sirve la promesa de una buena educación en el futuro, necesitan buena educación hoy, que les permita seguir estudiando, tener mejores empleos y ser mejores ciudadanos mañana. Tengo fe en que lo vamos a lograr. (Presentación en Seminario del mismo nombre, organizado por la Fundación Chile)

¿A qué colegios les fue bien en el SIMCE?

Pasada la fiebre de los rankings, quisiera compartir con ustedes una respuesta que me he dado a esta pregunta inicial. Muchos seguramente también se habrán preguntado cómo le fue al colegio de sus hijos y no saben cómo interpretar o comparar los resultados. Les propongo realizar dos miradas a estos: primero, vean si en las pruebas que examinaron a los alumnos el colegio avanzó o disminuyó en alguna de las pruebas (los promedios esconden realidades); así usted podrá saber si en matemática mejoró, se mantuvo o empeoró respecto de la medición anterior. Si por ejemplo ha mejorado sus resultados en todas las pruebas (tres en cuarto básico y dos en segundo medio), usted podrá estar medianamente satisfecho. La segunda mirada que hay que hacer, es ver que diferencias, en estas mismas pruebas, tiene con sus pares, con los colegios que tienen como alumnos a los hijos de las familias que pertenecen al mismo nivel socioeconómico que al que pertenece el colegio de su hija o hijo (desde la A hasta la E, niveles socioeconómicos bajos al más alto). Así podrá usted saber si en matemática es mejor o peor que los colegios similares, con los cuales se puede comparar; si es superior en todas, usted podrá estar completamente satisfecha o satisfecho. Si ambas satisfacciones se juntan, podrá decir con toda propiedad que su hijo tiene un buen colegio.

La superación es logro evidente de una gestión educativa centrada en los aprendizajes sus estudiantes. Los catorce colegios de educación básica y cinco de enseñanza media que lograron avanzar y ser mejores que sus pares, podrán compartir de manera honesta con sus comunidades la satisfacción de decir que les ha ido bien en el SIMCE. Ellos difícilmente pueden ser torpedeados en sus argumentos y estarán dando un ejemplo de superación independientemente de los factores asociados a la buena enseñanza y que un muchos casos suelen utilizarse como argumentos que obstaculizan las posibilidades de aprendizaje de los niños y jóvenes.

Los resultados en nuestra comuna nos muestran que las diferencias entre grupos socioeconómicos son significativamente mayores que por tipo de dependencia. Es decir, tiene mayor incidencia en los resultados escolares las condiciones socioeconómicas de los jóvenes y sus familias que la propiedad de los establecimientos escolares a los que asisten. Nos preocupa la baja generalizada en todos los niveles socioeconómicos y en todas las pruebas en los cuartos básicos, contrario a lo ocurrido en el país, no así en segundos medios, donde se mejoró en las dos pruebas y en todos los niveles socioeconómicos y donde la educación municipal tiene mejores resultados en los grupos medios que el sector privado.

No estamos satisfechos con los resultados alcanzados tanto en los cuartos básicos como en los segundos medios. Maipú puede más. Ningún establecimiento de la comuna tiene alumnos pobres: el 97% son hijos de familias de caracterización media, es decir, sus padres en promedio tienen a lo menos enseñanza básica completa e ingresos entre $150 mil y $500 mil pesos. Esta fuerte homogeneidad social debiera ser una fortaleza para tener mejores resultados en los aprendizajes de nuestros estudiantes y para potenciar la identidad y la solidaridad como valores sociales y escolarmente efectivos y no contradictorios. (
www.lavozdemaipu.cl)

viernes, 11 de mayo de 2007

El "milagro" de la Región de Los Lagos

Los resultados obtenidos por los establecimientos escolares en la Región de Los Lagos, no son casualidad. Tampoco son un "milagro" como ha señalado El Mercurio. En efecto, si se revisan las estadísticas antes de 2002, la región se encontraba en los últimos lugares en cada medición, existía la complacencia de “ganarle” a una o dos regiones y con un sentido de resignación generalizada entre docentes y autoridades especialmente. Cuando asumí como Seremi de Educación, declaré que “esta región no baja un punto más en el SIMCE o me voy” y que “nuestros niños aprenderán a leer el primer año en la escuela”, o "los responsables de lo que los alumnos aprendan o no son los profesores", entre otros desafíos lanzados. Algunos se molestaron por la “sobrexigencia”, que había un desconocimiento de la realidad y otros tantos argumentos conformistas; me tildaron de promover medidas "anti pedagógicas" -que se aprenda a leer el primer año en las escuelas-, y hasta de que no seríamos capaces. Ello no nos amilanó, al contrario, nos dió más ánimo para hacer más urgente la demanda por una buena educación ahora. Muchas veces dijimos "las familias más modestas de nuestra región necesitan una buena educación ahora y no mañana", era el sentido de la urgencia a nuestro desafío. Que creo, sigue vigente.

Durante nuestra gestión promovimos la autonomía escolar y exigimos mejores resultados en los aprendizajes de nuestros estudiantes en los niveles y sectores más críticos del sistema -muchas veces sentí no ser bien recibido en algunos liceos tradicionales de mala calidad (que siguen haciendo lo mismo y obteniendo los mismos resultados)-, nos organizamos y actuamos en consecuencia en cada Departamento Provincial; motivamos a los funcionarios provinciales, comunales y de cada escuela a hacerse cargo de la gestión que encabezaban, especialmente respecto del buen desempeño que deben tener siempre los docentes. Destinamos los pocos recursos de disposición regional a aquellas estrategias que provocan sentido y eficacia a la labor docente, como perfeccionamiento directo a los docentes de aula en matemáticas, seguimiento y monitoreo a la implementación curricular, evaluación de procesos en los programas claves, comunicación permanente a la ciudadanía aún cuando los resultados no eran del todo agradables a algunos de los actores, publicación de los niveles de logro esperados en cada nivel, entre otros. Desplegamos con pasión y firmeza nuestras convicciones respecto de que se puede más, que se deben hacer las tareas que todos tenemos de otra manera cuando no resultan de la forma como siempre se han hecho, que la identidad y la solidaridad son valores social y escolarmente efectivos y no contradictorios, que son las practicas las que nos condenan e hicimos esfuerzos por cambiar muchas de ellas.
Estoy convencido de que una mejor combinación entre autonomía y responsabilidad en la escuela; más recursos para ser administrados descentralizadamente en la regiones y las comunas, con rendición de cuenta periódica; y un liderazgo fuerte, claro, basado en evidencias científicas y no voluntaristas, motivador y movilizador, pueden llevarnos a construir una sociedad más inclusiva, con mayor bienestar material y mejores satisfacciones espirituales. No hemos demostrado nada, pero hemos abierto un camino que espero sigan transitando con firmeza y valentía.

Con satisfacción, hoy puedo decir que mi experiencia profesional en la región no fue una simple estadía en un cargo público. Quiero enviarles un afectuoso saludo a los docentes y directivos de las escuelas y funcionarios del Ministerio en la región, que creyeron en la estrategia desplegada de mayor responsabilización. Estoy seguro que en estos momentos sus comunidades escolares estarán tan felices que serán sujetos de mejores gratificaciones, que son siempre la mayor recompensa a nuestros esfuerzos.

viernes, 30 de marzo de 2007

Reflexión y Debate

Al inicio del año escolar, propusimos a directores y directoras de los establecimientos escolares promover la reflexión y el debate en torno a los temas educativos que nos motivan en la comuna de Maipú. Estamos convencidos que éste es el mejor camino para promover la profesionalización docente y la recuperación del prestigio de la educación pública. Este es un ejercicio permanente del cual deben participar todos: profesionales de la educación, auxiliares de la labor docente, padres y apoderados, y miembros de la comunidad escolar. Creemos que los Consejos Escolares y Consejos de Profesores son los espacios privilegiados para conversar sobre estos y otros temas:

Desafíos Educativos 2010-2018

•Cómo puede hacer una contribución efectiva al crecimiento económico como factor clave que afecta el bienestar de las personas.
•Cómo puede contribuir a la reducción de las desigualdades sociales y convertirse en un verdadero canal de movilidad social.
•Cómo puede ayudar a combatir la discriminación cultural, la exclusión social, y prevenir la violencia y la corrupción.
•Cómo puede contribuir a una mayor cohesión social y al fortalecimiento de los valores democráticos, ampliando las opciones de las personas para vivir con dignidad, valorar la diversidad y respetar los derechos humanos.

Responsabilidades de la Educación Pública

•Garantizar el derecho a la educación, especialmente para los más desfavorecidos.
•Hay que propender a eliminar todo gasto familiar que se convierta en un obstáculo para matricularse y asistir a las escuelas.
•Asegurar el derecho a la no discriminación conlleva eliminar las diferentes prácticas que limitan no sólo el acceso a la educación sino también la continuidad de estudios y el pleno desarrollo y aprendizaje de cada persona.
•La selección y expulsión de alumnos son prácticas ajenas a la esencia de la educación pública: atentan contra el derecho a la educación; limitan la integración y la cohesión social; y conducen a la concentración de aquellos con mayores necesidades educativas en determinados establecimientos.
•Una educación es de calidad si ofrece los recursos y ayudas que cada quien necesita para estar en igualdad de condiciones de aprovechar las oportunidades educativas y ejercer el derecho a la educación.
•Desde la perspectiva de la equidad, es preciso equilibrar los principios de igualdad (lo común) y diferenciación (lo diverso). Es nuestra obligación asegurar equidad en el acceso, en los procesos y en los resultados. Tenemos que tratar de forma diferenciada lo que es desigual en el origen para llegar a resultados equiparables y no reproducir las desigualdades presentes en la sociedad.
•Avanzar hacia una mayor equidad supone desarrollar escuelas más inclusivas que acojan a todos los niños y jóvenes de la comunidad, transformado su cultura y sus practicas para dar respuesta a las necesidades de aprendizaje de todos.
•El desarrollo de escuelas inclusivas es el fundamento de escuelas más justas y democráticas. Por su naturaleza, la escuela pública debe ser inclusiva y favorecer el encuentro entre diversos grupos sociales.
•La eficacia y la eficiencia son dos atributos básicos de la educación de calidad para todos que han de representar las preocupaciones centrales de la acción pública en el terreno de la educación.
•Es necesario analizar en qué medida la operación pública es eficiente, respetando el derecho ciudadano a que su esfuerzo material sea adecuadamente reconocido y retribuido.
•La eficiencia no es un imperativo economicista, sino una obligación derivada del respeto a la condición y derechos ciudadanos de todas las personas.
Gastar mejor es indispensable para poder invertir más.
•La calidad de los docentes y el ambiente que generan en la sala de clases -excluidas las variables extraescolares-, son los factores más importantes que explican los resultados de aprendizaje de los alumnos.
•Avanzaremos en la construcción de un cuerpo docente con las competencias profesionales y éticas adecuadas, así como los medios necesarios para hacer efectivo el derecho de los alumnos a aprender y desarrollarse plenamente.
•Para atraer y mantener docentes calificados y tener mejores desempeños en los actuales, implementaremos una selección y formación permanente; incentivos atractivos y transparentes; y mejoramiento de las condiciones laborales y de bienestar.

Nuestra Gestión


•El estilo de gestión tiene efectos en la forma de administrar la labor de apoyo a la función educativa y directa en el aula.
•La Gestión Educativa es aquella en que el directivo determina las acciones a seguir (planifica), según los objetivos institucionales, necesidades detectadas, nuevas acciones solicitadas, implementación de cambios necesarios, la forma cómo se realizarían estas acciones (estrategias y tácticas) y los resultados que se lograrían.

Una buena práctica de gestión educativa…


•Busca la pertinencia con la realidad local en la cual nace y se desarrolla, y tener una llegada directa o indirecta a un sector significativo de la población.
•Muestra los logros en términos de los objetivos que se proponen.
•Es reconocida, esta legitimada e institucionalizada en la organización municipal. •Muestra capacidad de coordinación entre los recursos financieros y/o humanos disponibles, sean estos municipales, públicos o privados, locales, regionales, nacionales o internacionales.

domingo, 25 de febrero de 2007

El Primer Día en el Colegio

El inicio escolar es una excelente oportunidad para plantear las prioridades que queremos lograr en el ámbito personal o institucional. El primer día de escuela marca el inicio de una nueva etapa, donde todo está por hacerse; de nosotros depende que sea traumático o inolvidable.

Los directores son personajes claves este día. Ellos pueden convertirlo en un hito inolvidable para muchos alumnos, padres y profesores; es en este día donde se juega una buena parte de su liderazgo en la organización escolar. Primero, los directores deben recibir a todos sus alumnos, especialmente a los más pequeños. Es un momento oportuno para ayudar a nuestros estudiantes a asumir sus propios retos e incorporar sus metas dentro del contexto de las prioridades del nuevo año. Los estudiantes deben sentir que son lo más importante para el establecimiento escolar, que una mejor educación también depende de ellos, de sus disposiciones para aprender y de su entusiasmo para descubrir las novedades de las ciencias y del conocimiento. Los estudiantes, pequeños y grandes, deben al final del primer día quedar con la sensación de que volver a la escuela ha sido una grata sorpresa este año: se encontraron con sus antiguos amigos y compañeros, se propusieron metas a lograr durante el año con sus profesores y cuyos resultados regalarán a sus padres en Navidad. Los jóvenes estudiantes debieran durante este día vincular sus aspiraciones personales con los desafíos que tiene nuestra comuna y el país en términos de la construcción de una sociedad más humana, solidaria y con mayor bienestar para todos.

Este día los padres conocerán lo que sus hijos aprenderán durante el año escolar, se comprometerán a ser sus activos acompañantes en el proceso educativo; los profesores darán a conocer sus metas personales a sus alumnos y padres y lo que esperan de sus apoderados y alumnos. Este es un día de diálogo, de compromisos. Los directores con sus actitudes marcarán el año que se inicia este primer día de clases: acojan con cariño a sus alumnos, con respeto a sus padres y con consideración a sus profesores, especialmente a los nuevos, para que su primer día se transforme en una experiencia que los entusiasmará y motivará para trabajar bien durante todo el año. Bienvenidos a este nuevo año escolar, los estabamos esperando.

sábado, 6 de enero de 2007

Orientaciones para el Proceso de Planificación 2007

Las estrategias de apoyo al mejoramiento de la calidad de la educación en nuestra comuna tendrán como foco principal las condiciones para el desarrollo de instituciones escolares efectivas, movilizando esfuerzos y recursos que permitan abordar las complejidades involucradas en el mejoramiento de la escuela y del liceo completos, desde Prekinder a Octavo año Básico y desde Primero a Cuarto año Medio.

La escuela/liceo efectivo, debe ser capaz de generar un ambiente enriquecido en conocimientos, para el desarrollo educativo y un mejoramiento sostenido de los resultados de aprendizaje de sus estudiantes, favoreciendo un clima caracterizado por las altas expectativas, la disposición al esfuerzo, al rigor y a la sana disciplina, la valoración del aprender y el buen clima entre los actores educativos.

El foco de los esfuerzos debe estar puesto en la generación de capacidades de autonomía de los establecimientos educacionales para gestionar de manera más efectiva sus procesos y asegurar mejores resultados educativos. Importa sobre todo la instalación de capacidades en los docentes y educadoras y en los que cumplen funciones directivas y técnico-pedagógicas de los establecimientos educacionales para gestionar buenos ambientes para el aprendizaje. Desde esa perspectiva, las prioridades del trabajo para el 2007, serán:

a) Apoyar el mejoramiento de la gestión institucional del establecimiento educacional, dedicando especial atención al desarrollo de los procesos de aseguramiento de la calidad, a la normalización de las rutinas escolares y la responsabilidad por los resultados de aprendizaje, al desarrollo del liderazgo de los equipos directivos y a sus esfuerzos para la creación de ambientes de trabajo y de convivencia sanos y productivos. En este sentido se requiere también de una preocupación especial por trabajar junto a los establecimientos educacionales, la ampliación de cobertura en Educación Parvularia y el mejoramiento de su calidad, al igual que los temas de acceso, retención y resguardo de derechos de estudiantes en el sistema escolar.

b) Una preocupación preferente por el mejoramiento de la gestión curricular y pedagógica del establecimiento educacional, donde la tarea principal sea la profesionalización de la enseñanza a través de la creación de capacidades para la implementación del currículo escolar, el mejoramiento de los procesos de enseñanza y aprendizaje y de la evaluación de éstos, la convivencia y el desarrollo personal y ciudadano de nuestros estudiantes. Ello incluye también la incorporación de apoyos a sus equipos técnicos y de instituciones académicas comprometidas con el mejoramiento de los resultados de aprendizaje de las escuelas y liceos.

c) Contribuir a la creación de redes y espacios de colaboración con otros actores externos al establecimiento educacional, que enriquezcan el capital social y las capacidades de la comunidad educativa. En ese sentido, el trabajo con otros establecimientos educacionales, el intercambio de buenas prácticas, la participación en talleres comunales, la vinculación con instituciones de apoyo, la articulación con el sector productivo, especialmente para el caso de los establecimientos educacionales EMTP, la incorporación de actores del mundo de la cultura, de las artes, del deporte al trabajo escolar, son capacidades y recursos importantes de instalar en los establecimientos educacionales.

d) Apoyar procesos conducentes a mejores niveles de logro de los estudiantes, teniendo como referentes: (i) el incremento de la cobertura especialmente en Educación Parvularia, Educación Media y en Educación de Adultos; (ii) el mejoramiento de las tasas de retención y la disminución de la repetición escolar; (iii) la disminución de la desigualdad de resultados en el SIMCE; (iv) la disminución de la dispersión interna de resultados del SIMCE en cada establecimiento educacional; (v) el currículo y los mapas de progreso que comenzarán a desplegarse; (vi) los niveles de satisfacción de los estudiantes, docentes, educadoras, asistentes de la educación y padres.

Las oportunidades de esta crisis