Es fácil desenmascarar la ambición perniciosa y desmedida de la legítima y loable. La primera viene marcada y definida por el egoísmo y el afán sin medida de acaparar riquezas, honores y poder para sí, no importa por qué medios, admitiendo engaños, sobornos, injusticias. El otro es un enemigo, un competidor a quien tengo que engañar. Debo ser más inteligente o perverso que él para arrebatarle lo que tiene y sumarlo en mi haber. La segunda es una ambición noble que tiene como marca de clase bien definida la generosidad y el bien de los demás; es loable y legítima la aspiración o deseo de superarse y mejorar, de cuyo logro deriva la verdadera felicidad que ennoblece y dignifica al ser humano.La ambición sin freno, la ambición como conducta y estilo de vida, no sólo es uno de los más graves impedimentos de la felicidad humana, sino que puede llegar a empobrecer y destruir el corazón del hombre y sus más nobles sentimientos. La ambición patológica sobrepasa los límites de la normalidad, hay un afán desmedido por lograr más y más, generalmente poder, riqueza, dignidades o fama. Este deseo puede convertirse en una idea obsesiva que domina la vida del individuo condicionando su conducta general y su relación con los demás que se deteriora a corto o largo plazo. El que sufre esta ambición patológica plantea su vida en exclusiva según sus objetivos y el resto de las actividades y las personas quedan relegadas a un segundo plano.
La reciente elección del presidente de la ANFP muestra la ambición desmesurada de querer multiplicar los beneficios hasta casi al infinito. Para los dirigentes vencedores, la ambición por tener más, por ganar más, les ha llevado hasta el paroxismo de querer tenerlo todo. Detrás de quienes votaron para sacar a Harold Mayne-Nicholls de la cabeza del fútbol nacional, están los hombres más ricos de este país y que casualmente –en su inmensa mayoría y seguramente debe haber la excepción que lo confirme- son todos simpatizantes del actual gobierno. Más aún, el actual Presidente de la República y su consuegro, controlan uno de los clubes más populares y orquestadores de este que puede ser el cierre de un ciclo virtuoso para nuestro fútbol nacional. Y esto último no lo digo por Bielsa y la selección nacional, sino por la gran cantidad de jóvenes que como nunca en nuestra historia son protagonistas en las ligas más competitivas del fútbol mundial y que para otros tantos niños son verdaderos héroes y ejemplos positivos a seguir.
Muchos de los dirigentes que votaron por sacar a Mayne-Nicholls y Bielsa, lo hicieron porque sacaron ventajas económicas (por ambición), otros pocos porque podrán acceder a favores de los gobernantes de turno (ambición) y unos cuantos por afán de revancha política (ambición). Como dijo el nuevo presidente “la gente no vota”, lo que importa es el que compra, el que vende, el que gana dinero con la pasión y entretención de millones de chilenos cuando juega su equipo predilecto o nuestra selección. Quienes son parte de la nueva forma de gobernar lo quieren todo…todos los honores, todo el poder, todo el dinero, todo para ellos mismos (ambiciosos).

Vengo llegando de un acto de la JUNAEB donde se lanza la “incorporación del chorito” en la dieta escolar para los estudiantes de Chiloé, pero en la misma presentación que realiza uno de los funcionarios, se señala que en 2007 ya se había introducido como una innovación regional, junto con la de los vegetales. A comienzos de la semana el Ministro Lavín anuncia las becas para estudiantes con resultados destacados en la PSU que opten por estudiar pedagogías, como una gran novedad los medios de comunicación optaron por hacer de ella una noticia de portada y muchos medios escritos editorializaron alabándola y ya la han comenzado a denominar como “la beca Lavín”; tal vez, porque el Ministro sabía de la baja difusión que su antecesora había hecho de esta iniciativa cuando se implementó en octubre de 2009, pretendió presentarla como “su” idea. No creen que existía? Vean aquí:
El gobierno ha estado entregando los resultados de la CASEN de forma parcial y de manera diferida, para mantener la noticia de las consecuencias del impacto de las “malas” políticas sociales aplicadas durante los años de los gobiernos de la Concertación. Así ocurrió con la entrega de las cifras de pobreza, luego con las de distribución del ingreso y ahora con los datos de educación. Sin embargo, a pesar de que el gobierno las esconde, han ocurrido cosas buenas para nuestros jóvenes durante estos últimos años. Veamos:
El año pasado comenzamos con un Diplomado de Inglés para los estudiantes de cuartos medios de la especialidad de hotelería del Liceo Politécnico y otros del Liceo Coloane. Más de veinte alumnos llegaron al final del curso y junto a sus licenciaturas de educación media recibieron un certificado de competencia del idioma extranjero por una prestigiosa entidad nacional. Este año además, se ofreció un curso para mejorar sus competencias a los docentes de inglés primero y luego a quienes quisieran para mejorar su dominio; a pesar de la calidad del mismo, no llegaron los que más lo necesitaban: aquellos que tienen bajos niveles de competencia.
Dos situaciones me han sorprendido estos últimos días y son motivo de estas palabras: primero la entrega de la carta del Ministro de Educación y del Presidente de la República a los padres con los famosos semáforos dando cuenta de la calidad de la educación de los colegios de su comuna y, lo segundo, las palabras del Intendente regional a través de medios escritos regionales.