Gabriela Mistral promovía para los profesores el camino metodológico de
la enseñanza activa, pues la vida es ante todo acción e inspiración de libertad
y como educador, debe estar dispuesto no solo a experimentar, sino a incorporar
innovaciones y avances tecnológicos.
Gabriela Mistral
promoted the methodological path of active teaching for teachers since life is
first of all action and inspiration of freedom and, as an educator, must be
willing not only to experiment but also to incorporate innovations and technological
advances.
Cada 7 de abril conmemoramos el natalicio de
nuestra maestra, educadora y poetisa que desde la humildad de Vicuña se levantó
al panteón de las inmortales que han legado sabiduría, belleza y nobleza a las
posteriores generaciones. Los reconocimientos que obtuvo en vida son
innumerables, mayoritariamente en instituciones académicas del exterior hasta
llegar a ser la primera y aún única mujer latinoamericana en serlo con el
Premio Nobel de literatura.
Contemporánea de grandes como Rómulo
Gallegos, Ricardo Güiraldes, César Vallejo, Miguel Ángel Asturias y Jorge Luis
Borges, entre otros, entre una generación brillante de educadores chilenos como
Alejandro Venegas, Enrique Molina, Luis Galdames, Darío Salas y Amanda Labarca,
sobresalió por su dedicación a temas tan relevantes como vigentes.
Gabriela Mistral fue antecesora a los
movimientos por los derechos civiles de la mujer en el mundo; en efecto,
proféticamente el 8 de marzo de 1906 publicaba el artículo “La instrucción de
la mujer”, considerado pionero en la defensa del derecho a la educación
señalando que “es preciso que la mujer
deje de ser mendiga de protección, y pueda vivir sin que tenga que sacrificar su
felicidad con uno de los repugnantes matrimonios modernos; o su virtud con la
venta indigna de su honra”. Los movimientos feministas están en deuda con
ella.
Conocemos sus poemas, especialmente aquellos
dedicados a los niños y niñas, y a la vida en las escuelas rurales; sabemos de
su rol en la reforma educacional mexicana acompañando a José Vasconcelos y
promoviendo las Bibliotecas Populares, su legado en esta materia; hemos
escuchado de su labor diplomática y su participación en la Liga de las Naciones
promoviendo la cooperación entre los pueblos, los derechos de los niños, de los
profesores y de la mujer.
Sin embargo, la educación fue su pasión. Adhería
a las ideas de La Educación Nueva, principalmente a John Dewey, uno de los
representantes más significativos de la pedagogía experimental, cuyo movimiento
reconoce al estudiante como la única realidad en torno a la cual deberá
efectuarse la programación escolar y la actividad profesional del docente. El fin de la educación no es
otro que ayudar al estudiante en su desarrollo y desenvolvimiento de sus
potencialidades y la tarea del profesor es despertar la curiosidad y la
creatividad de su alumno, volcándose a él con entusiasmo, con su ejemplo y no
solo con la palabra. Sus ideas
pedagógicas estuvieron profundamente unidas al pragmatismo, recalcaba que “jamás debe hacer el maestro lo que el niño
puede hacer por sí mismo”, se debe aprender haciendo, resolviendo problemas
concretos y personales, y no solo escuchando, se aprende trabajando y
experimentando, por ello promovía que los nuevos métodos de enseñanza tengan
como base los intereses, necesidades y problemas del contexto y que constituyen
a la vez un desafío para los estudiantes, así como el uso de los objetos que
forman parte de su ambiente natural y social. Era radical respecto de los
métodos, decía: “Es un vacío intolerable
el de la instrucción que antes de dar conocimientos, no enseña métodos para
estudiar”.
Gabriela Mistral promovía para los profesores
el camino metodológico de la enseñanza activa, pues la vida es ante todo acción
e inspiración de libertad y como educador, debe estar dispuesto no solo a
experimentar, sino a incorporar innovaciones y avances tecnológicos. Sorprende
la inmensa fe en la ciencia y la tecnología y su visión integradora de la
enseñanza, algo que aún no nos atrevemos a enfrentar decididamente en nuestras
escuelas, presas del academicismo. Pero sobre todo, su pasión por la lectura,
los libros y las bibliotecas, siendo ellos otro de sus legados educativos al
cual debiéramos permanentemente volver para encontrar inspiración, humanidad y
fortalezas para enfrentar las inmensas tareas inconclusas en nuestro tiempo.
Equidad educativa - segregación educativa política educativa calidad educativa
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