El gran desafío pedagógico de nuestro tiempo no es solo curricular, metodológico o tecnológico. Es, sobre todo, espiritual y político. Necesitamos docentes capaces de sostener la incertidumbre sin ceder al cinismo, directivos que lideren con visión ética y comunidades educativas que encarnen el cuidado mutuo como forma de esperanza colectiva.
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jueves, 26 de octubre de 2017
La red de trabajo colaborativo
El trabajo colaborativo es una modalidad para articular las actividades de un grupo humano en torno a un conjunto de fines, de metas y de resultados a alcanzar. Implica una interdependencia activa entre los integrantes de un grupo y asumen una misión de trabajo.
Reemplazar la competencia por la colaboración.
Por años hemos profundizado en la diferenciación para visibilizarse, para
constituirse en una oferta que despierte el interés y sea adquirido como servicio
educativo. Pues bien, aquí hay implícito un cambio paradigmático que señala que
el trabajo colaborativo es un valor, una estrategia superior para el logro de
objetivos más amplios como es mejorar la calidad de la educación del sistema,
de todas las escuelas y no solo de algunas. Porque en la lógica de la
diferenciación, de la competencia, los que ganan lo hacen porque logran vencer
a los demás, los que ganan son pocos porque no pueden ganar muchos, y los que
ganan son siempre los mismos, al igual que los que pierden.
El modelo que se configura y desprende del
diseño de la nueva educación pública, propone la construcción de una nueva
cultura profesional colaborativa, institucional y personal, con el objetivo de
mejorar los resultados socioeducativos. Será un gran obstáculo vencer la
desconfianza y el desconocimiento entre actores socioeducativos presentes en
los nuevos territorios y que trabajan muchas veces con objetivos disímiles sino
contrapuestos en el mismo espacio territorial (como por ejemplo la retención
educacional y continuidad de estudios contra la inserción y especialización
temprana para el ingreso al mundo laboral).
El trabajo colaborativo es una modalidad para
articular las actividades de un grupo humano en torno a un conjunto de fines,
de metas y de resultados a alcanzar. Implica una interdependencia activa entre
los integrantes de un grupo y asumen una misión de trabajo. Estimular la
capacidad de trabajo colaborativo supone valorar la iniciativa y en esto la
organización en redes construye una trama de saberes desde la base; en ellas
prima el movimiento, la cooperación y la creación de nuevas modalidades de ver
y hacer “en-con” la realidad educativa. La red permite la multiplicación de la
experiencia individual y colectiva, y puede llegar a anticiparse a los
problemas y resolverlos por su capacidad de innovación. El propósito primordial
de las redes es superar el aislamiento y la dependencia que arrinconan a los
sistemas educativos y a sus actores a la desprofesionalización y estimular el
desarrollo de una autonomía interdependiente. El trabajo en red, por tanto,
tiene como objetivo prioritario crear una coordinación estable entre
instituciones con el propósito de instituir, asimismo, una red de comunicación
e intercambio de experiencias de unas a otras. Se trata de construir una red
que comparte experiencias, de relación y de cooperación, entendiendo estas
redes como aquellas que promueven la generación de procesos innovadores y
participativos de las personas que comparten el proceso educativo.
“La
confianza es la forma más elevada de la motivación humana” (Stephen Covey),
se concreta en el trabajo colaborativo, el cual posibilita recuperar valores
primordiales a la esencia del ser humano, potenciando el desarrollo de un mayor
impacto en la gestión educativa. Estamos inaugurando un nuevo tiempo en la
gestión educacional de nuestro país y nosotros seremos protagonistas y muchos
de ustedes serán los líderes llamados a concretar los cambios.
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