lunes, 18 de diciembre de 2017

¿Qué y cómo evaluamos cuando evaluamos?

Saber y comprender por qué y cómo evaluamos lo que evaluamos, es fundamental para diseñar los procesos de mejora, tomar decisiones de inversión y definir objetivos, tanto en la escuela como en algún nivel del el sistema escolar.

Knowing and understanding why and how we evaluate what we evaluate, is essential to design improvement processes, make investment decisions and define objectives, both at school and at some level of the school system.

El Estudio internacional de progreso en comprensión lectora (PIRLS), de la Asociación Internacional para la Evaluación del Rendimiento Educativo (IEA), evalúa la comprensión lectora de los estudiantes en su cuarto curso de escolarización obligatoria. Este momento es clave en el desarrollo de los niños como lectores, puesto que ya han aprendido a leer y «están ya leyendo para aprender». PIRLS se basa en un concepto de la lectura que consiste en la capacidad de reflexionar sobre textos escritos y a utilizarlos como herramientas para lograr metas individuales y sociales, también conocido como «leer para actuar».

La definición de la comprensión lectora de PIRLS procede del primer estudio de la IEA denominado Reading Literacy Study 1991, en el que esta se presentaba como «la habilidad para comprender y utilizar las formas lingüísticas requeridas por la sociedad y/o valoradas por el individuo». Esta definición, tras las sucesivas evaluaciones, se ha revisado de tal forma que se puede aplicar a lectores de todas las edades y a una gran variedad de relatos. Aunque hace referencia explícita a aspectos de la experiencia lectora de los estudiantes, a medida que estos se convierten en lectores competentes, destaca la importancia de leer tanto en el colegio como en la vida cotidiana, al tiempo que reconoce la variedad, cada vez mayor, de textos que se encuentran en el mundo tecnológico de hoy en día. Actualmente, PIRLS define la comprensión lectora como la habilidad para comprender y utilizar las formas lingüísticas requeridas y/o valoradas por el individuo, donde los lectores son capaces de construir significado a partir de una variedad de textos, leen para aprender, para participar en las comunidades de lectores del ámbito escolar y de la vida cotidiana, y para su disfrute personal.

El marco conceptual del estudio PIRLS distingue tres grandes aspectos o dominios a la hora de evaluar la comprensión lectora: los propósitos de lectura, los procesos de comprensión y la actitud ante la lectura. Los dos primeros marcan claramente la estructura y el diseño de la evaluación, que se materializa en los cuadernillos de la prueba, mientras que la actitud ante la lectura ocupa un lugar destacado en los contextos de aprendizaje (familiar, escolar y personal) de los que PIRLS recopila abundante información a través de los cuestionarios a los estudiantes, padres, profesores y directores de las escuelas.

Los textos de las pruebas PIRLS se clasifican según su propósito principal de lectura, en el que se centran las preguntas que los acompañan. Así, los textos literarios tienen preguntas sobre el tema, los acontecimientos del argumento, los personajes y la ambientación, mientras que los textos informativos están acompañados de preguntas sobre la información contenida en los mismos. Aunque los textos se diferencian según los propósitos de lectura, los procesos de comprensión que el lector usa para ambos tienen más similitudes que diferencias; por eso se evalúan los mismos procesos de comprensión en todos los textos. Al seleccionar los textos para las pruebas PIRLS, el objetivo es presentar una gran variedad de ellos para cada propósito de lectura. La finalidad es crear una experiencia de lectura que permita a los estudiantes que participen y que sea lo más parecida posible a las experiencias que estos hayan experimentado dentro y fuera del colegio.

El tipo de texto literario que se usa principalmente en PIRLS es el de la ficción literaria. Los acontecimientos, las acciones y las consecuencias que se describen en la ficción literaria permiten al lector experimentar indirectamente situaciones que, aunque sean imaginarias, reflejan la vida real, así como reflexionar sobre ellas. Un texto sencillo puede presentar un único punto de vista del narrador o de un protagonista y un texto más complicado puede llegar a presentar distintos puntos de vista. Las informaciones y las ideas pueden describirse directamente o a través de diálogos y acontecimientos. En ocasiones, las historias cortas y las novelas narran los acontecimientos cronológicamente; no obstante, otras veces hacen un uso más complejo del tiempo narrativo con escenas retrospectivas o saltos en el tiempo.

La función principal de un texto informativo es la de transmitir información, aunque los escritores, a menudo, enfocan el tema con distintas finalidades. Los estudiantes pueden leer textos informativos que abarquen gran variedad de contenidos: textos científicos, históricos, geográficos o sociales, entre otros. En estos textos, la estructura de la información presentada también podrá variar. Por ejemplo, se pueden organizar los datos históricos de manera cronológica, las instrucciones y los procedimientos mediante una lista de pasos a seguir y la presentación de un razonamiento de manera lógica (por ejemplo, causa y efecto, o comparación y contraste de información). La información se puede presentar en formatos diferentes. Incluso las informaciones presentadas mediante texto pueden incluir tablas que documenten los datos o imágenes que ilustren las descripciones. Tanto los materiales impresos (manuales y periódicos, entre otros) como las páginas web presentan una cantidad considerable de información en listas, tablas, gráficos y diagramas. Además, las palabras no tienen que estar necesariamente en forma de texto continuo, puede incluirse información adicional como definiciones, listas o cronogramas en forma de notas o en columnas laterales. De este modo, el lector tendrá que aplicar procesos de comprensión distintos en función de cómo se haya presentado la información. Por último, conviene subrayar que los textos informativos, a menudo, incluyen una o más formas de presentación de la información.

Saber y comprender por qué y cómo evaluamos lo que evaluamos, es fundamental para diseñar los procesos de mejora, tomar decisiones de inversión y definir objetivos, tanto en la escuela como en algún nivel del el sistema escolar.

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