lunes, 17 de abril de 2017

Día de la educación rural

Cada siete de abril se conmemora el Día de la Educación Rural. Se designó esta fecha en honor al natalicio de Gabriela Mistral, poetisa chilena y destacada maestra rural, quien además recibió el Premio Nobel de Literatura en 1945 y luego, en 1951, el Premio Nacional.

La educación rural en los tiempos actuales debe responder a los desafíos de la integración de los niños y jóvenes al mundo contemporáneo. Ya no es suficiente con completar la enseñanza básica, ni siquiera la educación media, sino que los estudiantes y sus familias también aspiran a la profesionalización. Lograr este objetivo implica tener una educación temprana de calidad, ello se logra con su incorporación a la educación parvularia, con la dotación de recursos pedagógicos adecuados y sobre todo, con disponibilidad de las tecnologías de la información que posibiliten el acceso a la información y al conocimiento de manera oportuna y efectiva. Pero también, se requieren docentes de calidad, comprometidos con su desarrollo profesional y con el de sus comunidades, pues la escuela rural como ninguna otra institución escolar, no se entiende sino en el contexto de su comunidad, más aún, su destino está indisolublemente ligado al futuro de su comunidad.

Los establecimientos educacionales rurales tienen diversas particularidades, son en su mayoría escuelas multigrado y solo corresponden al nivel básico de enseñanza. Esto constituye un reto profesional de envergadura para los docentes, les exige como a ningún otro, estar en condiciones de responder a la diversidad de los estilos de aprendizaje de sus estudiantes, pero también de las inquietudes de los otros miembros de la comunidad, especialmente a aquellas vinculadas al ejercicio de la ciudadanía, a las demandas de información sectorial que puedan constituirse en soportes para el desarrollo. El profesor rural debe ejercer un liderazgo que le permita ya no ser el depositario del conocimiento como antaño, sino ser el articulador y facilitador para el acceso de nuevos recursos para sus comunidades. El profesor rural debe estar dispuesto a poner sus talentos al servicio de su comunidad, como señalaba Gabriela Mistral, en la educación de las nuevas generaciones se debe tener en cuenta la trilogía educativa que une al educando con el educador y con la sociedad de su entorno.

Las zonas rurales de hoy han experimentado cambios significativos y nada tienen que ver con las comunidades que eran hace 20 años. Es otro mundo. Y eso hace que la escuela rural tenga que ajustarse a este cambio para continuar cumpliendo su misión y tener éxito, tiene que realizar buenas lecturas del entorno, donde los docentes no solo sean capaces de leer de forma correcta los cambios que experimenta el entorno rural sino que también las escuelas y sus aulas.


La Agencia de la Calidad de la Educación evalúa los logros de los estudiantes, informa de sus resultados, pero también orienta los procesos de mejora, coloca a disposición de las comunidades el conocimiento experto, las experiencias exitosas y les sugiere vías que les permitan lograr los objetivos que se han propuesto y los que la sociedad espera logren en estos tiempos. La tarea hoy desde el punto de vista educacional es reconstituir sujetos plenos que sean capaces de mirar el mundo que tienen alrededor, de entenderlo y de actuar críticamente, para ello, Gabriela Mistral será siempre una inspiración.

La urgencia de leer




Aprender a leer y leer bien es el primer logro escolar significativo en la etapa escolar, se constituye en una alegría para los padres cuando el hijo o la hija aprende, y por sobre todo, es una inmensa satisfacción para los docentes. Esto no debiera pasar desapercibido para la escuela, pues ha cumplido con su primera gran tarea, abrir el mundo del conocimiento a una mente inquieta para aprender más.

Que los estudiantes aprendan a leer comprensivamente de manera temprana, es tal vez el desafío más importante que tiene la escuela en estos tiempos. Cuando nuestros niños y niñas aprenden a leer, iniciamos con ellos la ruta del mejoramiento de la calidad de la educación: los estudiantes que leen bien aprenden más, ganan en libertad para seguir aprendiendo por sí mismos, aprenden a soñar y a crear, aprenden ciencias y comprenden las preguntas de las evaluaciones correctamente. Cuando un estudiante aprende a leer y la incorpora como una práctica regular, sigue mejorando su capacidad lectora. No aprendemos a leer una vez y quedamos para siempre con un nivel lector determinado, siempre podemos mejorar nuestra habilidad para comprender, para inferir, para analizar, para desentrañar mensajes desde una obra literaria hasta un manual de procedimientos.

En esta tarea la escuela no está sola, hay múltiples estrategias que permiten apoyar la labor docente y la Agencia de la Calidad de la Educación ofrece la Evaluación Progresiva. Ésta consiste en un conjunto de herramientas para recopilar evidencia sobre la comprensión lectora de los estudiantes, monitorear sus avances e implementar acciones concretas para el mejoramiento escolar. Contiene pruebas de comprensión lectora; ofrece reportes de resultados por curso y por cada estudiante para informar a los profesores y directivos, de modo que puedan rediseñar o fortalecer sus metodologías; y sugiere, a través de orientaciones pedagógicas, cómo mejorar los resultados de cada estudiante y de toda la escuela.

Esta estrategia –totalmente gratuita para las escuelas- promueve la reflexión pedagógica a partir de los resultados tanto por alumno como por curso, colocando en evidencia la necesaria mirada integral sobre las metodologías empleadas por cada docente o por toda la escuela; fortalece el trabajo en equipo de los profesores de prekínder a segundo básico, ayudando a compartir las buenas prácticas entre los docentes, fortaleciendo la cooperación y no la competencia al interior de las escuelas; constituye una guía para el fortalecimiento del liderazgo pedagógico de los directivos escolares; es una oportunidad para institucionalizar procesos de mejora y practicas evaluativas que nos permiten focalizar el esfuerzo de la enseñanza profesional en el aprendizaje real y permanente de los estudiantes.

Aprender a leer y leer bien es el primer logro escolar significativo en la etapa escolar, se constituye en una alegría para los padres cuando el hijo o la hija aprende, y por sobre todo, es una inmensa satisfacción para los docentes. Esto no debiera pasar desapercibido para la escuela, pues ha cumplido con su primera gran tarea, abrir el mundo del conocimiento a una mente inquieta para aprender más.

Las oportunidades de esta crisis