jueves, 1 de septiembre de 2005

Economía informacional y educación

Se está configurando un sistema económico-tecnológico donde la productividad, competitividad, eficiencia, comunicación y poder en las sociedades se constituye en buena medida a partir de la capacidad tecnológica de procesar información y generar conocimiento. Se entiende en el marco de la globalización resultante de la capacidad de ciertas actividades de funcionar como unidad de tiempo real a escala planetaria. Esto es más que la globalización económica, es la globalización de la ciencia, la tecnología y la información; la globalización de la comunicación, tanto en los medios de comunicación masiva y multimedia, como en las nuevas formas a través de Internet. Es el nuevo sistema global que se constituye a partir de redes de intercambio y flujos de comunicación que es a la vez extremadamente incluyente como excluyente. Incluyente de todo lo que tiene valor según los programas dominantes en los flujos y excluyente de todo aquello que, según dichos programas, no tiene valor o deja de tenerlo.

Dichas redes globales articulan individuos, segmentos de población, países, regiones, ciudades o barrios, al tiempo que excluyen a otros tantos individuos, grupos sociales o territorios. Por lo tanto, si las fuentes de productividad y competitividad en la nueva economía global dependen fundamentalmente de la capacidad de generación de conocimiento y procesamiento eficaz de la información, ésta depende, a su vez, de la capacidad educativa, cultural y tecnológica de las personas, empresas y territorios. En la economía informacional, la educación y la innovación se constituyen en fuerzas productivas directas. Pero siendo condiciones necesarias para el nuevo modelo de desarrollo, no son suficientes, porque también, en este nuevo modelo de desarrollo informacional, la sociedad y las instituciones juegan un papel decisivo. Ello es así, por un lado, por que la productividad y competitividad dependen de la calidad de los recursos humanos y de la capacidad estratégica de instituciones y empresas para articular dichos recursos en torno a proyectos de inversión viables y sustentables. Por otro lado, por que la estabilidad social y política y el eficaz funcionamiento de las instituciones son factores sicológicos esenciales para los inversores globales, de cuyo comportamiento depende, finalmente, el valor de empresas y países en los mercados financieros.

Este nuevo modelo supera a los Estados, pero articula a los segmentos dinámicos de las sociedades en todo el planeta, al tiempo que desconecta y margina a aquellos que no tienen otro valor que el de su vida. Más educación mejora la vida de las personas, pero la buena educación mejora el bienestar, incluye, articula y conecta a más personas, empresas y regiones.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Felicidades Carlos!

Me parece super buena la idea de utilizar tu blog para temas educativos. En especial los que intentan resolver las brechas educativas en nuestros países.


Un beso,


Vero

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